Tomando su yugo el yugo de Jesús se nos hará ligera la carga, porque su yugo no es opresivo ni duro, sino que con él nos entrega su Amor, aligera nuestra carga, nos da su paz y nos ayuda a caminar siempre adelante...
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,28-30:
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,28-30:
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Venid a mi
Qué magnífico retrato de Dios, tenemos en el Evangelio de Dios:
Dice Jesús “Venid a mi”
Cuando éramos pequeños y comenzábamos a mantenernos en pie, nuestros padres agachándose, para ponerse a nuestra altura, abrían los brazos y con mucho cariño nos decía ven… y, con cuánta confianza íbamos hacia ellos, aunque cayéramos sonreíamos, porque ellos eran nuestra seguridad.
Pues… es fácil reconocer al Señor Jesús haciendo lo mismo con nosotros, sólo que, como Él es Dios, puede llamarnos a todos a ir a Él, por eso nos dice: venid A mi, dejad a un lado vuestros problemas, y… si estáis cansados y agobiados yo os aliviaré.
Pues… es fácil reconocer al Señor Jesús haciendo lo mismo con nosotros, sólo que, como Él es Dios, puede llamarnos a todos a ir a Él, por eso nos dice: venid A mi, dejad a un lado vuestros problemas, y… si estáis cansados y agobiados yo os aliviaré.
Sí, junto a Dios es donde únicamente encuentra descanso nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu.
Tomando su yugo el yugo de Jesús se nos hará ligera la carga, porque su yugo no es opresivo ni duro, sino que con él nos entrega su Amor, aligera nuestra carga, nos da su paz y nos ayuda a caminar siempre adelante.
El yugo del Señor es el amor fraterno, la ayuda fraterna, siendo alivio y consuelo para quienes conviven con nosotros con actitud mansa y humilde, imitando con ello a Jesús.
Jesús nos invita a caminar a su lado, ven nos dice: Su cercanía actúa de bálsamo, de calmante, de medicina, nos sana, nos vigoriza, nos ayuda a relativizar los problemas de cada día que pueden llegar incluso a quitarnos Su paz.
Venid es un imperativo, un fuerte súplica de Jesús hacia nosotros, expresando con ello el deseo de su Corazón compasivo: aprended de mi, cambiad el estilo de vuestra vida, tomad una actitud de aprendiz.
Sabemos que hoy tenemos multitud de hermanos extenuados que viven en países pobres, o son desplazados, o, refugiados emigrando de lo suyo propio con gran riesgo de su propia vida. La mirada de Cristo se posa sobre cada uno de ellos y les dice: venid a mí todos… encontraréis descanso para vuestras almas.
Monjas Dominicas Contemplativas Monasterio de Santa Catalina de Siena (Paterna) Enviar comentario al autor |
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