viernes, 4 de diciembre de 2015

Se nos presenta la imagen de dos ciegos que piden a Jesús poder ver, pero ¿qué pasará por su interior?

Evangelio de hoy 
Mateo 9, 27-31

Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: "¡Hijo de David, compadécete de nosotros!" Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: "¿Creen que puedo hacerlo?" Ellos le contestaron: "Sí, Señor". Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Que se haga en ustedes conforme a su fe". Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: "Que nadie lo sepa". Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región.

Mt. 9, 27-31: se nos presenta la imagen de dos ciegos que piden a Jesús poder ver, pero ¿qué pasará por su interior?:

1) Desesperación: es cuando uno se siente limitado, tiene un tope que no le permite crecer y seguir. La ceguera los desespera, es el obstáculo de sus vidas porque simplemente no pueden ver. En tu vida también puede ser un obstáculo la ceguera, el no poder ver por donde va tu vida, el no ver las metas, no poder ver quien esta con vos y quien contra vos. Todo eso te lleva a perder la paz interior; cuando uno pierde la paz interior cae en la desesperación.

2) El grito: es la manifestación de esa lucha interior, cuando alguien grita desesperadamente es la manifestación del dolor interior; hacen escuchar su vos por encima de otras voces, ese grito provenía del dolor, una vida sufrida y dura. ¿Cuantas veces gritaste en tu vida? Pero el grito es pedido de auxilio, es manifestar necesidad y poner la fe en Jesús. Gritarle con tu corazón a Jesús, es verdad que parece que hay veces que Dios anda medio sordo. Pedile “ver”. Pero Gritarle con humildad, sabiendote débil y torpe. 

3) Proclamar: se convirtieron en testigos, Jesús los cura y lo salen a decir. Es la felicidad de alguien que se le quitan los obstáculos. Es la alegria de saberse aliviado por tantas penas. Es sentir la paz que uno necesita y desea transmitirlo.

Hoy estas llamado a experimentar la ternura de Dios. Estamos casi en vísperas del año de la misericordia, la manera de callar tus gritos

y de salir de la desesperación es poniendo tu confianza en Él y perdonandote aquello que Dios ya te a perdonado. 
Pero no te olvides, gritá y confía.

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