miércoles, 30 de septiembre de 2015

Evangelio según San Lucas 9,57-62.

Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!". 
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". 
Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre". 
Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios". 
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos". 
Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios". 

Lc. 9, 57-62: Te recomiendo que en el día de hoy medites también la lectura de Nehemias 2, 1-8 que es la primera lectura del día de hoy en la misa. Te la recomiendo porque puede ser algo similar, un hombre esta triste y se presenta triste ante el rey. Lo mismo que puede pasarte a ti, cuando la tristeza te toma y aparece en tu rostro, cuando no lo podes disimular por nada del mundo. Es esa tristeza que te lleva a la angustia. Pero aqui hay un detalle que quiero presentarte: él lo habla y lo dice, dice porque se siente triste. Es a ello a lo que te apuntalo, cuando te sientas triste hablalo porque se puede solucionar, se te puede ayudar, pero habla… “todo lo que se habla tiene solución”.

Por otra parte vemos en el evangelio dos tipos de seguimientos: por un lado el seguimiento entusiasta, esa persona que baja de un retiro y se quiere comer el mundo pero pasan los días y se empieza uno a decaer… No dejes que el entusiasmo se vaya y aprende a forjarte en la oración y en el sacrificio.

Por otro lado tenemos un segundo tipo de seguimiento, el que se va madurando día a día y que el Señor te invita a que te abandones. No dejes que la tristeza te tome, abandónate y segui al Señor, no hay mejor propaganda del catolicismo que un católico alegre.


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martes, 29 de septiembre de 2015


Evangelio de hoy 
Juan 1, 47-51

En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me conoces?" Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanael: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".

Jn 1, 47-51: hoy celebramos en la Iglesia el día de los Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

El término “arcángel” refiere a la misión que tienen, una mision importante e interesante para la historia de la salvación,  por eso lo llamamos “Arcángeles” y no “ángeles”.

En Miguel conocemos que corrió  a Satanás al infierno en la gran batalla. Por eso le pedimos a él que nos proteja de las acechanzas del enemigo, él es el príncipe de la milicia celestial; es a él a quien debes recurrir cuando el miedo te apodera y el diablo te atente.

En Rafael encomendamos nuestro viaje, nuestro andar cotidiano. Su aparición en es libro de Tobias(A.T) nos muestra su compañía y protección.  Por eso cuando debemos viajar o transitar un momento difícil debemos recurrir a Él. De paso pedile que te haga abrir los ojos y te ayude a ver de manera distinta los problemas y tensiones que te tocan vivir.

Por último vemos a San Gabriel,  es a quien más conocemos ya que lo encontramos en el evangelio de Lucas y siempre lo personifican en los pesebres vivientes. En él vemos una figura tierna pero que cuida y anuncia. Por ello si tenes que dar un anuncio importante pedile que te proteja y te lleve siempre a la verdad. Muchas veces callamos y ocultamos las cosas por temor a las repercusiones  pedí a Gabriel que te ayude a ser una persona franca y que sepa decir las cosas en su momento y no de una manera imprudente y sarcástica .

Que los Santos Arcángeles custodios te protegen del mal, te guíen por el camino de Dios y te ayuden a decir siempre la verdad. Buen martes.

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lunes, 28 de septiembre de 2015

Evangelio de hoy 
Lucas 9, 46-50

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de lo que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: "El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande".

Entonces, Juan le dijo: "Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros". Pero Jesús respondió: "No se lo prohíban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes".

Reflexión 
Uno de los elementos más importantes del evangelio es el ir adoptando los criterios de Jesús. Mientras que nuestra vida, mediante todos sus "maestros", busca aleccionarnos sobre los criterios que se deben tomar para llegar a ser felices, Jesús, único maestro del cristiano, nos muestra en su evangelio lo que verdaderamente puede llevar al hombre a la felicidad. 

Hoy ilumina el área de nuestras aspiraciones y de nuestro trato con él. Y así, mientras que el mundo nos insiste en el poder, estatus, sabiduría; Jesús cambia el criterio y presenta a un niño, que en la comunidad judaica no tenía ningún valor, era el elemento más pequeño en la escala social, que necesita de todos en todos los sentidos, el más indefenso, y afirma que para él será verdaderamente grande quien se siente necesitado como un niño y se deja amar y abrazar por él. 

Será también grande quien es capaz de renunciar a los "privilegios" que puede tener, con el fin de servir a los necesitados, a los que no tienen voz, a los marginados, a los que son como niños en la comunidad. Queda así claro cuáles son sus preferencias y por lo tanto, cuáles deben ser las preferencias de los discípulos. ¿Cómo cuadran estas preferencias de Jesús con tu vida? 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro 

viernes, 25 de septiembre de 2015


Viernes XXV del tiempo ordinario

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Texto del Evangelio (Lc 9,18-22): Sucedió que mientras Jesús estaba orando a solas, se hallaban con Él los discípulos y les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado». Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro le contestó: «El Cristo de Dios». Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie. Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día».

Comentario: Rev. D. Pere OLIVA i March (Sant Feliu de Torelló, Barcelona, España)

«¿Quién dice la gente que soy yo? (…) Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Hoy, en el Evangelio, hay dos interrogantes que el mismo Maestro formula a todos. El primer interrogante pide una respuesta estadística, aproximada: «¿Quién dice la gente que soy yo?» (Lc 9,18). Hace que nos giremos alrededor y contemplemos cómo resuelven la cuestión los otros: los vecinos, los compañeros de trabajo, los amigos, los familiares más cercanos... Miramos al entorno y nos sentimos más o menos responsables o cercanos —depende de los casos— de algunas de estas respuestas que formulan quienes tienen que ver con nosotros y con nuestro ámbito, “la gente”... Y la respuesta nos dice mucho, nos informa, nos sitúa y hace que nos percatemos de aquello que desean, necesitan, buscan los que viven a nuestro lado. Nos ayuda a sintonizar, a descubrir un punto de encuentro con el otro para ir más allá...

Hay una segunda interrogación que pide por nosotros: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Lc 9,20). Es una cuestión fundamental que llama a la puerta, que mendiga a cada uno de nosotros: una adhesión o un rechazo; una veneración o una indiferencia; caminar con Él y en Él o finalizar en un acercamiento de simple simpatía... Esta cuestión es delicada, es determinante porque nos afecta. ¿Qué dicen nuestros labios y nuestras actitudes? ¿Queremos ser fieles a Aquel que es y da sentido a nuestro ser? ¿Hay en nosotros una sincera disposición a seguirlo en los caminos de la vida? ¿Estamos dispuestos a acompañarlo a la Jerusalén de la cruz y de la gloria?

«Es un camino de cruz y resurrección (...). La cruz es exaltación de Cristo. Lo dijo Él mismo: ‘Cuando sea levantado, atraeré a todos hacia mí’. (...) La cruz, pues, es gloria y exaltación de Cristo» (San Andrés de Creta). ¿Dispuestos para avanzar hacia Jerusalén? Solamente con Él y en Él, ¿verdad?

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El Evangelio de hoy 
Lucas 9, 1-6

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos.

Y les dijo: "No lleven nada para el camino: ni bastón, ni morral, ni comida, ni dinero, ni dos túnicas. Quédense en la casa donde se alojen, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si en algún pueblo no los reciben, salgan de ahí y sacúdanse el polvo de los pies en señal de acusación".

Ellos se pusieron en camino y fueron de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y curando en todas partes.

Reflexión 
En el mundo consumista y tecnificado de nuestros días buscamos que, incluso la evangelización, caiga bajo los mismos criterios. Hoy poca importancia se le da a la acción del Espíritu Santo en la vida de la conversión y del Reino. 

Jesús es claro cuando invita a sus seguidores a no poner su confianza en las cosas del mundo. El cristiano debe poco a poco habituarse a caminar solo con la gracia de Dios. A depender totalmente de él. Nuestro Dios es un Dios excelente, un Padre amoroso que siempre está al pendiente de nuestras necesidades (incluso de las más pequeñas). 

Por lo tanto, no debemos dejar que las preocupaciones de nuestro día nos agobien. Esfuérzate en hacer bien lo que de acuerdo a tu vocación y estado te corresponde; anuncia con tu vida y con tu ejemplo el Evangelio y deja que Dios provea todas tus necesidades. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro 

martes, 22 de septiembre de 2015


Martes XXV del tiempo ordinario

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Texto del Evangelio (Lc 8,19-21): En aquel tiempo, se presentaron la madre y los hermanos de Jesús donde Él estaba, pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte». Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

Comentario: Rev. D. Xavier JAUSET i Clivillé (Lleida, España)

«Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen»

Hoy leemos un hermoso pasaje del Evangelio. Jesús no ofende para nada a su Madre, ya que Ella es la primera en escuchar la Palabra de Dios y de Ella nace Aquel que es la Palabra. Al mismo tiempo es la que más perfectamente cumplió la voluntad de Dios: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38), responde al ángel en la Anunciación.

Jesús nos dice lo que necesitamos para llegar a ser sus familiares, también nosotros: «Aquellos que oyen...» (Lc 8,21) y para oír es preciso que nos acerquemos como sus familiares, que llegaron a donde estaba; pero no podían acercarse a Él a causa del gentío. Los familiares se esfuerzan por acercarse, convendría que nos preguntásemos si luchamos y procuramos vencer los obstáculos que encontramos en el momento de acercarnos a la Palabra de Dios. ¿Dedico diariamente unos minutos a leer, escuchar y meditar la Sagrada Escritura? Santo Tomás de Aquino nos recuerda que «es necesario que meditemos continuamente la Palabra de Dios (...); esta meditación ayuda poderosamente en la lucha contra el pecado».

Y, finalmente, cumplir la Palabra. No basta con escuchar la Palabra; es preciso cumplirla si queremos ser miembros de la familia de Dios. ¡Debemos poner en práctica aquello que nos dice! Por eso será bueno que nos preguntemos si solamente obedezco cuando lo que se me pide me gusta o es relativamente fácil, y, por el contrario, si cuando hay que renunciar al bienestar, a la propia fama, a los bienes materiales o al tiempo disponible para el descanso..., pongo la Palabra entre paréntesis hasta que vengan tiempos mejores. Pidamos a la Virgen María que escuchemos como Ella y cumplamos la Palabra de Dios para andar así por el camino que conduce a la felicidad duradera.

lunes, 21 de septiembre de 2015


Mateo 9, 9-13.

En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: "¡Sígueme!". Él se levantó y lo siguió.

Después, cuando estaba Jesús sentado a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores que habían venido se sentaron a la mesa también con él y sus discípulos. Cuando los fariseos vieron esto, les preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué su maestro come con los publicanos y pecadores?” Al oír esto, Jesús les dijo: “No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido para llamar a justos, sino a pecadores”.

Reflexión 
Cada vez que celebramos a uno de los apóstoles podemos recordar nuestra propia vocación, sobre todo, nuestra vocación a ser discípulos de Cristo. En este llamado veremos que no nos llamó porque fuéramos los mejores, los más santos, los más inteligentes, sino muchas veces, como el caso de casi todos los apóstoles, porque tuvo compasión de nuestra miseria, pues, como bien dice san Pablo: ”Escogió lo que el mundo considera como inútil para confundir a los sabios y potentes de este mundo”. 

Nos ha llamado para invitarnos a participar con él de su misión, para construir familias llenas de amor, ambientes en los que la justicia y la paz sean una realidad, para ser, como él mismo, un elemento de la misericordia de Dios para llevar la salud (sobre todo del corazón) a todos nuestros ambientes. Jesús vino por ti y por mí, porque somos pecadores, pero nos ha llamado a vivir la santidad y a ser parte de su plan de salvación. Te invito a responderle con generosidad y, como Mateo, invítalo a convivir contigo. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro 

viernes, 18 de septiembre de 2015

Evangelio según San Lucas 8,1-3.

Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce 
y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; 
Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes. 
Meditacion Padre Luis Zazano
Tucuman Argentina
padreluiszazano.com

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Lc. 8, 1-3: se nos presenta la compañía de Jesús, es ver la manera de ese seguimiento:

1) Los apostoles: acompañan a Jesús en este salir a predicar y anunciar; se predica en Comunidad,  unidos; no con bandos. La iglesia es misionera y comunitaria, hace comunidad al misionar y misiona al hacer comunidad.

Quien sigue a Jesús se hace discípulo y por ende misionero. No podes decir que seguís a Jesús si no salís con Él, tenes que llevarlo porque es Él mismo la buena noticia. 

2) Las mujeres curadas: el ser agradecidos es parte de este discipulado, quien sigue a Jesús es un experimentado de esa sanación interior que sólo Dios puede dar.

El problema es cuando nos la creemos, como que estamos con Dios para ayudarlo o hacerle un favorito; o estamos con Dios por acomodo o por conveniencia. Estoy con Cristo por que me ha sanado, que no se te suban los humos, si estas con Jesús es porque estas dando testimonio que sana y limpia.

3) Los que ayudan con sus bienes: si hay algo que nos cuesta es sacar dinero del bolsillo para la evangelización, como nos cuesta disponer de nuestros bienes para las cosas de Dios. El mantener el culto es un precepto pero es algo que descuidamos. Recordá que Dios te da el doble. Estas mujeres aportaban y hoy, vos y yo ¿aportamos? No tan solo el dinero sino también de nuestro tiempo y servicio.

¿cual de estas tres formas de seguir a Jesús debes trabajar? No te olvides que en la vida debes ser agradecido y que no se te suban los humos que los cargo no te dan dignidad sino el estar cerca de Dios.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Hemos de dejar que la Palabra de Dios llegue a nuestro corazón y nos convierta, dejar cambiarnos, transformarnos con su fuerza. Pero para eso hemos de pedir el don de la humildad. Solamente el humilde puede aceptar a Dios, y, por tanto, dejar que se acerque a nosotros, que como “publicanos” y “pecadores” necesitamos que nos cure.

lunes, 14 de septiembre de 2015


Evangelio de hoy 
Lucas 7, 1-10

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: "Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga". Jesús se puso en marcha con ellos.

Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle: "Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: ¡Ve!, y va; a otro: ¡Ven!, y viene; y a mi criado: ¡Haz esto!, y lo hace".

Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande". Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano.

Reflexión 
En este pasaje de Jesús, podemos ver la conjugación de dos elementos que son fundamentales en la vida espiritual: la fe y la intercesión. Quisiera destacar hoy la importancia de los AMIGOS en la vida espiritual.

Ya en el pasaje del paralítico que fue llevado en camilla por unos amigos, podemos ver lo importante que es tener buenos amigos en nuestra vida de fe, pues muchas veces, como en estos dos casos, ellos son el medio para que Dios se manifieste con poder en nuestra vida o en la vida de nuestros seres queridos. Un buen amigo siempre estará dispuesto a orar por ti, a interceder por tus necesidades, es más, a orar contigo. Un buen amigo sabrá presentar tus necesidades al Señor como si fueras tú mismo, pues te ama y tus problemas son SUS PROBLEMAS. 

Por ello dice el libro del Eclesiástico que "quien encuentra un amigo encuentra un tesoro". Valora a tus amigos y busca acrecentar su número, ellos pueden ser el instrumento para que la bendición de Dios llegue a tu vida y a la de tu familia. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro

viernes, 11 de septiembre de 2015


Evangelio según San Lucas 6,39-42.

Jesús hizo a sus discípulos esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo? 
El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro. 
¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? 
¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano." 



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : 

San Cirilo de Alejandría (380-444), obispo y doctor de la Iglesia 
Comentario al Evangelio de Lucas, 6; PG 72, 601 

El discípulo aventajado será como su maestro

    «El discípulo no es más que su maestro, si bien cuando termine su aprendizaje, será como su maestro» Los bienaventurados discípulos estaban destinados a ser guías y maestros espirituales de toda la tierra. Debían, pues, dar prueba, más que los demás, de un fervor sobresaliente, estar familiarizados con la manera de vivir según el Evangelio y acostumbrados a practicar toda obra buena. Debían transmitir a los que instruirían la doctrina exacta, saludable y estrictamente según la verdad, después de haberla contemplado ellos mismos y haber dejado que la luz divina iluminara su inteligencia. Sin lo cual serían ciegos conduciendo a otros ciegos. Porque los que están sumergidos en las tinieblas de la ignorancia no pueden conducir al conocimiento de la verdad a los hombres que son víctimas de la misma ignorancia. Por otra parte, no querrían que cayeran todos juntos en el abismo de sus malas tendencias. 


Por eso el Señor ha querido frenar la pendiente que conduce a la jactancia que se encuentra en tanta gente, y disuadirlos de querer rivalizar con sus maestros para llegar a tener más reputación que éstos. Les dijo: «El discípulo no es más que su maestro». Aunque algunos llegaran a un grado de virtud igual a sus predecesores, deberían, sobre todo, imitar su modestia. Pablo nos da prueba de ello cuando dice: «Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo» (1C 11,1). 


Siendo así ¿por qué juzgas cuando el Maestro todavía no ha juzgado? Porque él no vino al mundo para  juzgarlo (Jn 12,47) sino para salvarlo... «Si yo no juzgo, dice, tampoco juzgues tú que eres mi discípulo. Es posible que tú seas culpable de aquel a quien juzgas... ¿Por qué tienes que mirar la paja en el ojo de tu hermano?»

jueves, 10 de septiembre de 2015

El cristiano es en definitiva una persona distinta a las demás. Sus criterios no van muy de acuerdo con los del mundo pues ha adoptado la "ilógica" manera de pensar de su Maestro. Lo más extraño de todo es que, a pesar de lo ilógica que parece la enseñanza de Jesús, es la única que nos garantiza la verdadera felicidad.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Hoy, Jesús señala dónde está la verdadera felicidad. En la versión de Lucas, las bienaventuranzas vienen acompañadas por unos lamentos que se duelen por aquellos que no aceptan el mensaje de salvación, sino que se encierran en una vida autosuficiente y egoísta.

martes, 8 de septiembre de 2015

El maravilloso plan de Salvación de la humanidad, entra en su última etapa con el nacimiento de nuestra Madre Santísima, la purísima Virgen María. Su nacimiento marca el momento en que dicho proyecto inicia su fase de desarrollo. Qué lejos estaban los padres de nuestra Madre santísima de conocer los divinos planes que Dios tenía para su hija, la cual llegaría a ser la madre del Emmanuel.

miércoles, 2 de septiembre de 2015


Evangelio de hoy
> Lucas 4, 38-44
>
> En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles.
>
> Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Pero él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que él era el Mesías.
>
> Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero él les dijo: "También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado". Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea.
>
> Reflexión
> Una de las actitudes fundamentales de Jesús, y que, sobre todo san Lucas, no se cansa de resaltar, es su gran misericordia que lo lleva a estar disponible para los demás. Para él, no hay un momento determinado para sanar, para atender a los que lo buscan. Todo su tiempo le pertenece a los demás, para quienes él ha sido enviado.
>
> Se ha hecho disponible para todos y todos han encontrado en él alivio y consuelo. En nuestro mundo agitado, es fundamental el recobrar esta actitud de Jesús, sobre todo, para los de nuestra propia casa. Es cierto que muchas veces estamos cansados, pero qué importante es estar siempre disponible para los hijos, para el esposo o la esposa, para nuestros padres.
>
> La falta de disponibilidad causa serias lesiones en la relación de la familia, lo que va, poco a poco, provocando la indiferencia y la dispersión. Quizás, valdría la pena hoy reflexionar sobre nuestra disponibilidad y pensar ¿qué tan dispuesto estoy para dar una mano (escuchar, acompañar, servir) a los que se acercan a mí, sobre todo, a los de mi propia familia? Recuerda que servir es amar.
>
> Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
> Como María, todo por Jesús y para Jesús.
> Pbro. Ernesto María Caro