“Un nuevo mandamiento os doy: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 13,34). “Haced esto en memoria mía” (Lc 22,19).
¿No ya lo que pensamos, sino lo que vivimos, entra de lleno en la plenitud de la Ley de Jesús?
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Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,17-19
¿No ya lo que pensamos, sino lo que vivimos, entra de lleno en la plenitud de la Ley de Jesús?
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Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos.»
La Ley y los Profetas, para Jesús
Para Jesús, la Ley cumplió muy bien su cometido, preparó el terreno, hizo presente a Yahvé en medio del pueblo. Bien interpretada por los Profetas, mantuvo y preparó la llegada del Mesías. Jesús la defiende y la cumple en general. En particular, corrige, perfecciona y completa detalles concretos, con aquellas famosas antítesis de: “Se dijo a los antiguos… pero yo os digo”; y lo mismo sucedió con la interpretación que hacían los fariseos del ayuno, del sábado, de la resurrección y, muy especialmente, del amor en todas sus dimensiones.
Por otra parte, a Jesús le molestó mucho la hipocresía de los fariseos en el cumplimiento de la Ley. No podía quedarse a gusto con un cumplimiento externo, material y sólo normativo; buscaba, sinceridad, autenticidad, coherencia. Por eso, le molestaba más el orgullo de los fariseos y su hipocresía que los defectos de los discípulos, mostrándose continuamente más como pescadores que como discípulos. Pero estos eran auténticos, y su bondad y autenticidad les llevará a ser testigos de la Resurrección.
Dos cosas sólo para terminar con la Ley según Jesús:
“Un nuevo mandamiento os doy: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 13,34). “Haced esto en memoria mía” (Lc 22,19).
¿No ya lo que pensamos, sino lo que vivimos, entra de lleno en la plenitud de la Ley de Jesús?
¿Crees que puede haber todavía algún peligro de absolutizar lo que, al menos de alguna forma, es relativo, relativizando, así, lo absoluto?
¿No ya lo que pensamos, sino lo que vivimos, entra de lleno en la plenitud de la Ley de Jesús?
¿Crees que puede haber todavía algún peligro de absolutizar lo que, al menos de alguna forma, es relativo, relativizando, así, lo absoluto?
Fray Hermelindo Fernández Rodríguez La Virgen del Camino Enviar comentario al autor |
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