jueves, 31 de diciembre de 2015
lunes, 21 de diciembre de 2015
lunes, diciembre 21, 2015
Mi Portal
ellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
Comentario: Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España)
«¡Feliz la que ha creído!»
Hoy, el texto del Evangelio corresponde al segundo misterio de gozo: la «Visitación de María a su prima Isabel». ¡Es realmente un misterio! ¡Una silenciosa explosión de un gozo profundo como nunca la historia nos había narrado! Es el gozo de María, que acaba de ser madre, por obra y gracia del Espíritu Santo. La palabra latina “gaudium” expresa un gozo profundo, íntimo, que no estalla por fuera. A pesar de eso, las montañas de Judá se cubrieron de gozo. María exultaba como una madre que acaba de saber que espera un hijo. ¡Y qué Hijo! Un Hijo que peregrinaba, ya antes de nacer, por senderos pedregosos que conducían hasta Ain Karen, arropado en el corazón y en los brazos de María.
Gozo en el alma y en el rostro de Isabel, y en el niño que salta de alegría dentro de sus entrañas. Las palabras de la prima de María traspasarán los tiempos: «¡Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!» (cf. Lc 1,42). El rezo del Rosario, como fuente de gozo, es una de las nuevas perspectivas descubiertas por san Juan Pablo II en su Carta apostólica sobre El Rosario de la Virgen María.
La alegría es inseparable de la fe. «¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?» (Lc 1,43). La alegría de Dios y de María se ha esparcido por todo el mundo. Para darle paso, basta con abrirse por la fe a la acción constante de Dios en nuestra vida, y recorrer camino con el Niño, con Aquella que ha creído, y de la mano enamorada y fuerte de san José. Por los caminos de la tierra, por el asfalto o por los adoquines o terrenos fangosos, un cristiano lleva consigo, siempre, dos dimensiones de la fe: la unión con Dios y el servicio a los otros. Todo bien aunado: con una unidad de vida que impida que haya una solución de continuidad entre una cosa y otra.
Comentario: Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España)
«¡Feliz la que ha creído!»
Hoy, el texto del Evangelio corresponde al segundo misterio de gozo: la «Visitación de María a su prima Isabel». ¡Es realmente un misterio! ¡Una silenciosa explosión de un gozo profundo como nunca la historia nos había narrado! Es el gozo de María, que acaba de ser madre, por obra y gracia del Espíritu Santo. La palabra latina “gaudium” expresa un gozo profundo, íntimo, que no estalla por fuera. A pesar de eso, las montañas de Judá se cubrieron de gozo. María exultaba como una madre que acaba de saber que espera un hijo. ¡Y qué Hijo! Un Hijo que peregrinaba, ya antes de nacer, por senderos pedregosos que conducían hasta Ain Karen, arropado en el corazón y en los brazos de María.
Gozo en el alma y en el rostro de Isabel, y en el niño que salta de alegría dentro de sus entrañas. Las palabras de la prima de María traspasarán los tiempos: «¡Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!» (cf. Lc 1,42). El rezo del Rosario, como fuente de gozo, es una de las nuevas perspectivas descubiertas por san Juan Pablo II en su Carta apostólica sobre El Rosario de la Virgen María.
La alegría es inseparable de la fe. «¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?» (Lc 1,43). La alegría de Dios y de María se ha esparcido por todo el mundo. Para darle paso, basta con abrirse por la fe a la acción constante de Dios en nuestra vida, y recorrer camino con el Niño, con Aquella que ha creído, y de la mano enamorada y fuerte de san José. Por los caminos de la tierra, por el asfalto o por los adoquines o terrenos fangosos, un cristiano lleva consigo, siempre, dos dimensiones de la fe: la unión con Dios y el servicio a los otros. Todo bien aunado: con una unidad de vida que impida que haya una solución de continuidad entre una cosa y otra.
jueves, 17 de diciembre de 2015
jueves, diciembre 17, 2015
Mi Portal
Evangelio de hoy
Mateo 1, 1-17
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón; Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf; Asaf a Josafat; Josafat a Joram; Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce.
Reflexión
San Mateo inicia su Evangelio con la Genealogía de Cristo para indicarnos que él es el Mesías anunciado desde Abraham y que es verdadero hombre.
Cada período de catorce generaciones nos presenta una etapa de la historia de la salvación, en medio de la cual, Dios fue realizando esta salvación. Dios se inserta en nuestra historia de manera total, se hace hombre, se encarna para tomar parte de las realidades humanas (menos del pecado) y desde ahí proponer un estilo de vida. Jesús no es un concepto sino el amor de Dios hecho carne. Dios está en nuestra historia personal y quiere participar en ella.
El problema es que algunos no le permitimos actuar con libertad y por ello, nuestra vida se complica. Dios no es una idea, es una persona encarnada, por ello el cristianismo no es una filosofía sino un estilo de vida. Vivámoslo esta Navidad y siempre.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
jueves, diciembre 17, 2015
Mi Portal
Evangelio de hoy
Mateo 1, 1-17
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón; Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf; Asaf a Josafat; Josafat a Joram; Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce.
Reflexión
San Mateo inicia su Evangelio con la Genealogía de Cristo para indicarnos que él es el Mesías anunciado desde Abraham y que es verdadero hombre.
Cada período de catorce generaciones nos presenta una etapa de la historia de la salvación, en medio de la cual, Dios fue realizando esta salvación. Dios se inserta en nuestra historia de manera total, se hace hombre, se encarna para tomar parte de las realidades humanas (menos del pecado) y desde ahí proponer un estilo de vida. Jesús no es un concepto sino el amor de Dios hecho carne. Dios está en nuestra historia personal y quiere participar en ella.
El problema es que algunos no le permitimos actuar con libertad y por ello, nuestra vida se complica. Dios no es una idea, es una persona encarnada, por ello el cristianismo no es una filosofía sino un estilo de vida. Vivámoslo esta Navidad y siempre.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
miércoles, 16 de diciembre de 2015
miércoles, diciembre 16, 2015
Mi Portal
Si el mundo continúa siendo tiranizado por el pecado y sus consecuencias es porque no se ha acercado a Jesús, o no ha dejado que lo sane y lo libere.
En medio de este mundo fragmentado por el pecado no falta, aun entre nuestros hermanos, quienes se pregunten si realmente Jesús es el Mesías enviado por Dios para salvar a su pueblo. El hambre, la guerra, el egoísmo, la misma muerte, parecerían ser aún los tiranos que oprimen al hombre.
martes, 15 de diciembre de 2015
martes, diciembre 15, 2015
Mi Portal
Con este evangelio, y al acercarnos cada vez más a la Navidad, Jesús nos recuerda que no basta decir "Señor, Señor", sino que debemos hacer la voluntad del Padre.
Mateo 21, 28-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. El le contestó: 'Ya voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Este le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?" Ellos le respondieron: "El segundo".
Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él".
Reflexión del Pbro. Ernesto María Caro
Hay un dicho mexicano que dice, que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.
Con este evangelio, y al acercarnos cada vez más a la Navidad, Jesús nos recuerda que no basta decir "Señor, Señor", sino que debemos hacer la voluntad del Padre. Creer en Jesús implica responder a las exigencias del evangelio. Asistir a misa, rezar, confesarse es algo muy bueno, pero no agota la existencia cristiana.
Decirle a Jesús que "sí", implica comprometerse a hacer lo que Dios nos pide, aunque esto, como en el caso de María, no siempre sea fácil. Por ello, no basta leer la Biblia, es necesario poner todo nuestro esfuerzo en hacerla vida; Dios hará el resto.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Meditación Por Luis Zazano
Mt. 21, 23-27: en la vida podemos caer en dos actitudes: “el autoritarismo salvador” o “la autoridad regeneracional”.
1) El autoritarismo salvador: es el punto donde vos te pones como el centro y eje de todo, el “yo mando aqui”.
Llegas a ver que tu familia se convierte en tus empleados. Me siento la esperanza de los otros y todo lo reduzco a tomas de decisiones que pasan por mi. Es una mezcla de egocentrismo con falta de vida espiritual. No sabe delegar.
2) Autoridad regeneracional: asume su función pero busca delegar. Trabaja en equipo y se siente un equipo. Implica humildad y diálogo. Utiliza las palabras: perdon, permiso y gracias.
Mt. 21, 23-27: en la vida podemos caer en dos actitudes: “el autoritarismo salvador” o “la autoridad regeneracional”.
1) El autoritarismo salvador: es el punto donde vos te pones como el centro y eje de todo, el “yo mando aqui”.
Llegas a ver que tu familia se convierte en tus empleados. Me siento la esperanza de los otros y todo lo reduzco a tomas de decisiones que pasan por mi. Es una mezcla de egocentrismo con falta de vida espiritual. No sabe delegar.
2) Autoridad regeneracional: asume su función pero busca delegar. Trabaja en equipo y se siente un equipo. Implica humildad y diálogo. Utiliza las palabras: perdon, permiso y gracias.
lunes, 14 de diciembre de 2015
miércoles, 9 de diciembre de 2015
miércoles, diciembre 09, 2015
Mi Portal
Evangelio de hoy
Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave, y mi carga, ligera".
Pbro. Luis Zazano
Parroquia Sagrada Familia de Nazareth Alderetes
Mt. 11, 28-30
Me gustaría que meditemos juntos lo sucedido ayer, creo que esta muy en unión al evangelio de hoy. Ayer el papa Francisco inauguró el año de la misericordia abriendo la puerta Santa, ¿ qué nos deja esto?:
Apertura: es abrir para que se vea el interior de la iglesia, en la iglesia esta Jesús, vos sos iglesia y lo tenes a Jesús en tu interior pero se potencializa y perfecciona en la comunidad, “donde dos o más estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo”. Hoy tenemos que tener un corazón abierto para que vean uestro interior y podamos aliviar el sufrimiento de otros.
la Iglesia tiene abierta sus puertas para que todos entren, no se cobra entrada porque no es un local de ventas, es tu casa. ¿lo entendes? Somos familia y a través de este año de la misericordia el Señor te invita a entrar a tu casa sabiendote perdonado. No hay mayor alivio que el sentirse que uno está ya en su casa. Entra con humildad, pidiendo perdon de tus errores pero sabiendo que tendrás el abrazo de tu padre.Caminar: uno puede mirar desde afuera el interior de la Iglesia o de cualquier lugar pero exige caminar, meterse; para entrar a la Iglesia es necesario hacer un camino, es caminar hacia el encuentro con Dios; es un proceso, tu vida exige un caminar, no podes quedarte parado, metéte y curioseá porque hay Alguien quien te espera, ese alguien es Dios.
Quien entra y camina se encuentra con el esplendor de Dios, no saldrás como entraste. Entra a Dios y encontrarás alivio, no te quedes parado métete que hay una familia que te espera y abraza.
Click para descargar el audio
Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave, y mi carga, ligera".
Pbro. Luis Zazano
Parroquia Sagrada Familia de Nazareth Alderetes
Mt. 11, 28-30
Me gustaría que meditemos juntos lo sucedido ayer, creo que esta muy en unión al evangelio de hoy. Ayer el papa Francisco inauguró el año de la misericordia abriendo la puerta Santa, ¿ qué nos deja esto?:
Apertura: es abrir para que se vea el interior de la iglesia, en la iglesia esta Jesús, vos sos iglesia y lo tenes a Jesús en tu interior pero se potencializa y perfecciona en la comunidad, “donde dos o más estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo”. Hoy tenemos que tener un corazón abierto para que vean uestro interior y podamos aliviar el sufrimiento de otros.
la Iglesia tiene abierta sus puertas para que todos entren, no se cobra entrada porque no es un local de ventas, es tu casa. ¿lo entendes? Somos familia y a través de este año de la misericordia el Señor te invita a entrar a tu casa sabiendote perdonado. No hay mayor alivio que el sentirse que uno está ya en su casa. Entra con humildad, pidiendo perdon de tus errores pero sabiendo que tendrás el abrazo de tu padre.Caminar: uno puede mirar desde afuera el interior de la Iglesia o de cualquier lugar pero exige caminar, meterse; para entrar a la Iglesia es necesario hacer un camino, es caminar hacia el encuentro con Dios; es un proceso, tu vida exige un caminar, no podes quedarte parado, metéte y curioseá porque hay Alguien quien te espera, ese alguien es Dios.
Quien entra y camina se encuentra con el esplendor de Dios, no saldrás como entraste. Entra a Dios y encontrarás alivio, no te quedes parado métete que hay una familia que te espera y abraza.
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martes, 8 de diciembre de 2015
martes, diciembre 08, 2015
Mi Portal
Lucas 1, 26-38.
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.
Reflexión
Al acercarnos a la Navidad, la liturgia nos vuelve a proponer para nuestra reflexión el hermoso pasaje de la Anunciación, en el cual se destaca la palabra con la que saluda el ángel a Nuestra Madre Santísima: "¡Alégrate!". Este saludo es para nosotros también una invitación a la alegría mesiánica; el Salvador que era esperado con ansia por el pueblo, estaba siendo anunciado a una Virgen con gran alegría.
Hoy, en medio de un mundo convulsionado por la guerra, el hambre, el terrorismo, la drogadicción y tantas tragedias que nos circundan, este mensaje de alegría tiene que redoblar en nosotros la esperanza: ¡Alégrate!, el mal y el pecado no van a triunfar; nuestro Salvador regresará y nos dará a los que permanezcamos fieles a su Evangelio, la gloria y la paz eternas. Esta Navidad, tiene que ser el preámbulo de esta era mesiánica, tiene que ser la oportunidad de recordar que nosotros, como Cristo en el pesebre, tenemos una misión que cumplir; que no importa nuestra pequeñez, sino nuestra apertura a Dios para hacer su voluntad.
Dispón tu corazón para que, como María, puedas ser el medio por el cual, la salvación en Cristo Jesús llegue a tu ambiente, especialmente a tu familia. A este anuncio de salvación que Dios hoy te hace a ti, respóndele con generosidad como María Santísima, diciéndole: “Hágase en mi según tu palabra”.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.
Reflexión
Al acercarnos a la Navidad, la liturgia nos vuelve a proponer para nuestra reflexión el hermoso pasaje de la Anunciación, en el cual se destaca la palabra con la que saluda el ángel a Nuestra Madre Santísima: "¡Alégrate!". Este saludo es para nosotros también una invitación a la alegría mesiánica; el Salvador que era esperado con ansia por el pueblo, estaba siendo anunciado a una Virgen con gran alegría.
Hoy, en medio de un mundo convulsionado por la guerra, el hambre, el terrorismo, la drogadicción y tantas tragedias que nos circundan, este mensaje de alegría tiene que redoblar en nosotros la esperanza: ¡Alégrate!, el mal y el pecado no van a triunfar; nuestro Salvador regresará y nos dará a los que permanezcamos fieles a su Evangelio, la gloria y la paz eternas. Esta Navidad, tiene que ser el preámbulo de esta era mesiánica, tiene que ser la oportunidad de recordar que nosotros, como Cristo en el pesebre, tenemos una misión que cumplir; que no importa nuestra pequeñez, sino nuestra apertura a Dios para hacer su voluntad.
Dispón tu corazón para que, como María, puedas ser el medio por el cual, la salvación en Cristo Jesús llegue a tu ambiente, especialmente a tu familia. A este anuncio de salvación que Dios hoy te hace a ti, respóndele con generosidad como María Santísima, diciéndole: “Hágase en mi según tu palabra”.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
lunes, 7 de diciembre de 2015
lunes, diciembre 07, 2015
Mi Portal
Evangelio de hoy
Lucas 5, 17-26
Un día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para que hiciera curaciones.
Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús. Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: "Amigo mío, se te perdonan tus pecados".
Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: "¿Quién es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?" Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: "¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados‘ o ‘Levántate y anda‘? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados —dijo entonces al paralítico—: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: "Hoy hemos visto maravillas".
Reflexión del padre Luis Zazano. Argentina
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http://padreluiszazano.com/wp-content/uploads/2015/12/0f409f1e3b4b38723982ba7485ffa5bf.mp3
Lc 5, 17-26: hoy me gustaría desmenuzar algunas cosas del evangelio. Te presento las tres “S”:
1) SEGUÍ: lo observaban algunos fariseos y doctores: al que hace siempre le observan y le ponen palos en las ruedas. A Jesús los compatriotas y los más religiosos le seguían pero de una manera poco feliz. Siempre el que hace cae en la crítica, en la observación, en la rotulación, eso de “ladran sancho, señal que cabalgamos”. La clave de esto es la fuerza del Espíritu que lo mueve a Jesús; cuando en tu corazón sientas la fuerza del Espíritu para trabajar por las cosas de Dios, no lo detengas. Que la frialdad de las críticas no apaguen el fuego de ese amor a las cosas de Dios. Seguí, si ves que estas obrando según el Espíritu segui, y si te critican es porque estas haciendo…
2) SALÍ: buscan el modo de ponerlo delante de Jesús: esta es la tarea de los cristianos comprometidos en la iglesia; poner personas paralizadas en la vida delante de Dios. Hoy hay muchos que están paralizados y no pueden llegar a Jesús. Vos que vas a misa, que estas metido en el movimiento o en la parroquia sali y lleva paralíticos ante Jesús. Nosotros como discípulos-misioneros tenemos que estar atentos y nuestra camilla debe ser la escucha al otro. Busca la manera de llevar paralíticos a Jesús y no pongas trabas para que lleguen a Jesús.
3) SANÁ: estamos a un día del inicio del año de la misericordia y la manera de sanar al otro es perdonando. Llevando a hermanos a que se acerquen al sacramento de la confesión. Buscando la manera de ayudar a solucionar los errores cometidos y no de andar removiendo en el otro sus errores cometidos.
La clave del sanar pasa por mirar lo desgraciado que uno mismo es y el aceptar lo paciente y misericordioso que Dios es con nosotros.
Buen inicio de Semana!
viernes, 4 de diciembre de 2015
viernes, diciembre 04, 2015
Mi Portal
Se nos presenta la imagen de dos ciegos que piden a Jesús poder ver, pero ¿qué pasará por su interior?
Evangelio de hoy
Mateo 9, 27-31
Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: "¡Hijo de David, compadécete de nosotros!" Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: "¿Creen que puedo hacerlo?" Ellos le contestaron: "Sí, Señor". Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Que se haga en ustedes conforme a su fe". Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: "Que nadie lo sepa". Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región.
Mt. 9, 27-31: se nos presenta la imagen de dos ciegos que piden a Jesús poder ver, pero ¿qué pasará por su interior?:
1) Desesperación: es cuando uno se siente limitado, tiene un tope que no le permite crecer y seguir. La ceguera los desespera, es el obstáculo de sus vidas porque simplemente no pueden ver. En tu vida también puede ser un obstáculo la ceguera, el no poder ver por donde va tu vida, el no ver las metas, no poder ver quien esta con vos y quien contra vos. Todo eso te lleva a perder la paz interior; cuando uno pierde la paz interior cae en la desesperación.
2) El grito: es la manifestación de esa lucha interior, cuando alguien grita desesperadamente es la manifestación del dolor interior; hacen escuchar su vos por encima de otras voces, ese grito provenía del dolor, una vida sufrida y dura. ¿Cuantas veces gritaste en tu vida? Pero el grito es pedido de auxilio, es manifestar necesidad y poner la fe en Jesús. Gritarle con tu corazón a Jesús, es verdad que parece que hay veces que Dios anda medio sordo. Pedile “ver”. Pero Gritarle con humildad, sabiendote débil y torpe.
3) Proclamar: se convirtieron en testigos, Jesús los cura y lo salen a decir. Es la felicidad de alguien que se le quitan los obstáculos. Es la alegria de saberse aliviado por tantas penas. Es sentir la paz que uno necesita y desea transmitirlo.
Hoy estas llamado a experimentar la ternura de Dios. Estamos casi en vísperas del año de la misericordia, la manera de callar tus gritos
y de salir de la desesperación es poniendo tu confianza en Él y perdonandote aquello que Dios ya te a perdonado.
Pero no te olvides, gritá y confía.
Click para descargar el audio
Evangelio de hoy
Mateo 9, 27-31
Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: "¡Hijo de David, compadécete de nosotros!" Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: "¿Creen que puedo hacerlo?" Ellos le contestaron: "Sí, Señor". Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Que se haga en ustedes conforme a su fe". Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: "Que nadie lo sepa". Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región.
Mt. 9, 27-31: se nos presenta la imagen de dos ciegos que piden a Jesús poder ver, pero ¿qué pasará por su interior?:
1) Desesperación: es cuando uno se siente limitado, tiene un tope que no le permite crecer y seguir. La ceguera los desespera, es el obstáculo de sus vidas porque simplemente no pueden ver. En tu vida también puede ser un obstáculo la ceguera, el no poder ver por donde va tu vida, el no ver las metas, no poder ver quien esta con vos y quien contra vos. Todo eso te lleva a perder la paz interior; cuando uno pierde la paz interior cae en la desesperación.
2) El grito: es la manifestación de esa lucha interior, cuando alguien grita desesperadamente es la manifestación del dolor interior; hacen escuchar su vos por encima de otras voces, ese grito provenía del dolor, una vida sufrida y dura. ¿Cuantas veces gritaste en tu vida? Pero el grito es pedido de auxilio, es manifestar necesidad y poner la fe en Jesús. Gritarle con tu corazón a Jesús, es verdad que parece que hay veces que Dios anda medio sordo. Pedile “ver”. Pero Gritarle con humildad, sabiendote débil y torpe.
3) Proclamar: se convirtieron en testigos, Jesús los cura y lo salen a decir. Es la felicidad de alguien que se le quitan los obstáculos. Es la alegria de saberse aliviado por tantas penas. Es sentir la paz que uno necesita y desea transmitirlo.
Hoy estas llamado a experimentar la ternura de Dios. Estamos casi en vísperas del año de la misericordia, la manera de callar tus gritos
y de salir de la desesperación es poniendo tu confianza en Él y perdonandote aquello que Dios ya te a perdonado.
Pero no te olvides, gritá y confía.
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jueves, 3 de diciembre de 2015
jueves, diciembre 03, 2015
Mi Portal
Contemplar el Evangelio de hoy
Día litúrgico: Jueves I de Adviento
Texto del Evangelio (Mt7,21.24-27): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».
Comentario: Abbé Jean-Charles TISSOT (Freiburg, Suiza)
«No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos»
Hoy, el Señor pronuncia estas palabras al final de su "sermón de la montaña" en el cual da un sentido nuevo y más profundo a los Mandamientos del Antiguo Testamento, las "palabras" de Dios a los hombres. Se expresa como Hijo de Dios, y como tal nos pide recibir lo que yo os digo, como palabras de suma importancia: palabras de vida eterna que deben ser puestas en práctica, y no sólo para ser escuchadas —con riesgo de olvidarlas o de contentarse con admirarlas o admirar a su autor— pero sin implicación personal.
«Edificar en la arena una casa» (cf. Mt 7,26) es una imagen para describir un comportamiento insensato, que no lleva a ningún resultado y acaba en el fracaso de una vida, después de un esfuerzo largo y penoso para construir algo. "Bene curris, sed extra viam", decía san Agustín: corres bien, pero fuera del trayecto homologado, podemos traducir. ¡Qué pena llegar sólo hasta ahí: el momento de la prueba, de las tempestades y de las crecidas que necesariamente contiene nuestra vida!
El Señor quiere enseñarnos a poner un fundamento sólido, cuyo cimiento proviene del esfuerzo por poner en práctica sus enseñanzas, viviéndolas cada día en medio de los pequeños problemas que Él tratará de dirigir. Nuestras resoluciones diarias de vivir la enseñanza del Cristo deben así acabar en resultados concretos, a falta de ser definitivos, pero de los cuales podamos obtener alegría y agradecimiento en el momento del examen de nuestra conciencia, por la noche. La alegría de haber obtenido una pequeña victoria sobre nosotros mismos es un entrenamiento para otras batallas, y la fuerza no nos faltará —con la gracia de Dios— para perseverancia en la vida eterna.
Día litúrgico: Jueves I de Adviento
Texto del Evangelio (Mt7,21.24-27): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».
Comentario: Abbé Jean-Charles TISSOT (Freiburg, Suiza)
«No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos»
Hoy, el Señor pronuncia estas palabras al final de su "sermón de la montaña" en el cual da un sentido nuevo y más profundo a los Mandamientos del Antiguo Testamento, las "palabras" de Dios a los hombres. Se expresa como Hijo de Dios, y como tal nos pide recibir lo que yo os digo, como palabras de suma importancia: palabras de vida eterna que deben ser puestas en práctica, y no sólo para ser escuchadas —con riesgo de olvidarlas o de contentarse con admirarlas o admirar a su autor— pero sin implicación personal.
«Edificar en la arena una casa» (cf. Mt 7,26) es una imagen para describir un comportamiento insensato, que no lleva a ningún resultado y acaba en el fracaso de una vida, después de un esfuerzo largo y penoso para construir algo. "Bene curris, sed extra viam", decía san Agustín: corres bien, pero fuera del trayecto homologado, podemos traducir. ¡Qué pena llegar sólo hasta ahí: el momento de la prueba, de las tempestades y de las crecidas que necesariamente contiene nuestra vida!
El Señor quiere enseñarnos a poner un fundamento sólido, cuyo cimiento proviene del esfuerzo por poner en práctica sus enseñanzas, viviéndolas cada día en medio de los pequeños problemas que Él tratará de dirigir. Nuestras resoluciones diarias de vivir la enseñanza del Cristo deben así acabar en resultados concretos, a falta de ser definitivos, pero de los cuales podamos obtener alegría y agradecimiento en el momento del examen de nuestra conciencia, por la noche. La alegría de haber obtenido una pequeña victoria sobre nosotros mismos es un entrenamiento para otras batallas, y la fuerza no nos faltará —con la gracia de Dios— para perseverancia en la vida eterna.
miércoles, 2 de diciembre de 2015
miércoles, diciembre 02, 2015
Mi Portal
Evangelio de hoy
Mateo 15, 29-37
En aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del mar de Galilea, subió al monte y se sentó. Acudió a él mucha gente, que llevaba consigo tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros enfermos. Los tendieron a sus pies y él los curó. La gente se llenó de admiración, al ver que los lisiados estaban curados, que los ciegos veían, que los mudos hablaban y los tullidos caminaban; por lo que glorificaron al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque pueden desmayarse en el camino". Los discípulos le peguntaron: "¿Dónde vamos a conseguir, en este lugar despoblado, panes suficientes para saciar a tal muchedumbre?" Jesús les preguntó: "¿Cuántos panes tienen?" Ellos contestaron: "Siete, y unos cuantos pescados".
Después de ordenar a la gente que se sentara en el suelo, Jesús tomó los siete panes y los pescados, y habiendo dado gracias a Dios, los partió y los fue entregando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y llenaron siete canastos con los pedazos que habían sobrado.
Reflexión
Con qué facilidad se nos cierra el camino a los hombres: ¿Dónde conseguiremos pan para toda esta multitud? Con mucha frecuencia se nos pierde de vista que Jesús es Dios.
Si él mandaba dar de comer es porque él mismo proveería la manera de hacerlo. En nuestro día de trabajo, de estudio, de actividad, debemos tener siempre presente que Dios nos acompaña, que nunca está lejos; que lo que para nosotros parece imposible, para Dios no lo es. Dios utiliza nuestros pocos y pobres recursos para satisfacer las necesidades humanas y espirituales de todos los que lo van siguiendo.
Pongamos a disposición del Maestro nuestros recursos humanos y espirituales y dejemos que lo imposible se haga realidad delante de nuestros propios ojos.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
martes, 1 de diciembre de 2015
martes, diciembre 01, 2015
Mi Portal
Lucas 10, 21-24
En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: «¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «Dichosos los ojos que vean lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron».
Reflexión
Estas palabras de Jesús nos las podemos aplicar todos los cristianos, ya que nuestros ojos ven y nuestros oídos pueden oír la realidad del Reino presente entre nosotros.
Dios nos ha revelado en su Hijo el gran amor que nos tiene, y es ahora el Hijo quien nos revela al Padre, y con él, somos capaces de experimentar el amor de Dios en nuestras vidas. Sin embargo, este conocimiento y esta vida de Dios en nosotros, la experiencia del Reino no es aún completa y definitiva, pues todavía puede y debe crecer. Y lo hará en la medida que seamos como los niños, teniendo una mirada inocente y transparente para mirar al mundo.
¿Por qué debemos pensar siempre mal de los demás? Dejemos el juicio a Dios y veamos mejor las cosas buenas y positivas de los demás, que generalmente, son muchas más que las negativas.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
viernes, 27 de noviembre de 2015
jueves, 26 de noviembre de 2015
jueves, noviembre 26, 2015
Mi Portal
Este evangelio en sus últimos versículos nos presenta la actitud que el cristiano debe tener ante el fin del mundo. Para el cristiano, como diría san Pablo: "la vida es Cristo y la muerte una ganancia". El cristiano vive gozosamente la llegada del Reino pues para él, la llegada de Cristo es el momento más gozoso y esperado.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
lunes, 23 de noviembre de 2015
jueves, 19 de noviembre de 2015
jueves, noviembre 19, 2015
Mi Portal
a ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita».
Comentario: Rev. D. Blas RUIZ i López (Ascó, Tarragona, España)
«¡Si (...) tú conocieras en este día el mensaje de paz!»
Hoy, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.
Pero mirando más allá, podemos identificar esta Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la violencia y del desorden moral, porque lanza por los suelos a sus hijos, arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que la visitaba (cf. Lc 19,44).
Sin embargo, nosotros los cristianos, no podemos quedarnos en la pura lamentación, no hemos de ser profetas de desventuras, sino hombres de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado.
De hecho, Jesús está presente en su Iglesia, especialmente a través de aquellos más necesitados. Hemos de advertir esta presencia para entender la ternura que Cristo tiene por nosotros: es tan excelso su amor, nos dice san Ambrosio, que Él se ha hecho pequeño y humilde para que lleguemos a ser grandes; Él se ha dejado atar entre pañales como un niño para que nosotros seamos liberados de los lazos del pecado; Él se ha dejado clavar en la cruz para que nosotros seamos contados entre las estrellas del cielo... Por eso, hemos de dar gracias a Dios, y descubrir presente en medio de nosotros a aquel que nos visita y nos redime.
Comentario: Rev. D. Blas RUIZ i López (Ascó, Tarragona, España)
«¡Si (...) tú conocieras en este día el mensaje de paz!»
Hoy, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.
Pero mirando más allá, podemos identificar esta Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la violencia y del desorden moral, porque lanza por los suelos a sus hijos, arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que la visitaba (cf. Lc 19,44).
Sin embargo, nosotros los cristianos, no podemos quedarnos en la pura lamentación, no hemos de ser profetas de desventuras, sino hombres de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado.
De hecho, Jesús está presente en su Iglesia, especialmente a través de aquellos más necesitados. Hemos de advertir esta presencia para entender la ternura que Cristo tiene por nosotros: es tan excelso su amor, nos dice san Ambrosio, que Él se ha hecho pequeño y humilde para que lleguemos a ser grandes; Él se ha dejado atar entre pañales como un niño para que nosotros seamos liberados de los lazos del pecado; Él se ha dejado clavar en la cruz para que nosotros seamos contados entre las estrellas del cielo... Por eso, hemos de dar gracias a Dios, y descubrir presente en medio de nosotros a aquel que nos visita y nos redime.
martes, 17 de noviembre de 2015
martes, noviembre 17, 2015
Mi Portal
Jesús, como Zaqueo quiero conocerte mejor, pero hay muchas cosas que me lo impiden y me distraen. Hoy vengo a esta oración dispuesto a encontrarme contigo. Mírame Señor, con ese amor con que miraste a Zaqueo, ven a mí, prometo no dejarte ir nunca más.
Del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10
Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador». Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido».
Petición
Señor, haz que venga hoy tu salvación a mi alma.
Meditación del Papa Francisco
Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador». Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido».
Petición
Señor, haz que venga hoy tu salvación a mi alma.
Meditación del Papa Francisco
Y Jesús se detuvo, no pasó de largo precipitadamente, lo miró sin prisa, lo miró con paz. Lo miró con ojos de misericordia; lo miró como nadie lo había mirado antes. Y esa mirada abrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dio una esperanza, una nueva vida como a Zaqueo, a Bartimeo, a María Magdalena, a Pedro y también a cada uno de nosotros. Aunque no nos atrevemos a levantar los ojos al Señor, Él siempre nos mira primero. Es nuestra historia personal; al igual que muchos otros, cada uno de nosotros puede decir: yo también soy un pecador en el que Jesús puso su mirada. Los invito, que hoy en sus casas, o en la iglesia, cuando estén tranquilos, solos, hagan un momento de silencio para recordar con gratitud y alegría aquellas circunstancias, aquel momento en que la mirada misericordiosa de Dios se posó en nuestra vida.
Su amor nos precede, su mirada se adelanta a nuestra necesidad. Él sabe ver más allá de las apariencias, más allá del pecado, más allá del fracaso o de la indignidad. Sabe ver más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer. Él ve más allá de todo eso. Él ve esa dignidad de hijo, que todos tenemos, tal vez ensuciada por el pecado, pero siempre presente en el fondo de nuestra alma. Es nuestra dignidad de hijo. Él ha venido precisamente a buscar a todos aquellos que se sienten indignos de Dios, indignos de los demás. Dejémonos mirar por Jesús, dejemos que su mirada recorra nuestras calles, dejemos que su mirada nos devuelva la alegría, la esperanza, el gozo de la vida. (Homilía de S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2015).
Reflexión
Zaqueo que era un hombre pecador se encuentra con Jesús. Pero este encuentro no sucede de manera fortuita, sino que nace de la curiosidad de este hombre, que seguramente admiraba a Jesús en secreto. Al pasar Jesús por Jericó había mucha gente reunida con la esperanza de ver cómo era ese profeta del que tanto se oía. Uno de ellos era Zaqueo, hombre de mala reputación, ya que se dedicaba a cobrar impuestos y además era muy rico. Su baja estatura le impedía ver a Jesús. Entonces corrió adelantándose para subirse a un árbol y desde ahí poder contemplar a Jesús en el momento en que pasara. Y al pasar Jesús miró hacia arriba y le dijo "Zaqueo, baja enseguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa". Él bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Y todo el pueblo murmuraba: "Se ha ido a casa de un rico pecador". Zaqueo dijo resueltamente a Jesús: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más". Jesús le contestó: "Hoy ha entrado la salvación a esta casa, pues también este hombre es un hijo de Abraham. El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido"
Cuán transformante habrá sido el encuentro de Zaqueo con Jesucristo para que este hombre decidiera corregir el rumbo de su vida. Probablemente desde el momento en que Zaqueo con tanto interés buscó a Jesús, sabía que su modo de actuar no era el correcto y sabía que conocer a ese profeta le cambiaría la vida, aunque esto tuviera muchas consecuencias. Zaqueo al subir al árbol, vence el respeto humano. Pone los medios necesarios para un encuentro cara a cara con el Señor. No imaginó que Jesucristo le pediría hospedarse en su casa. Y bajó del árbol rápidamente y lo recibió con alegría.
Qué actitud tan hermosa la de Zaqueo, que conociendo sus pecados, acepta al Señor y atiende rápidamente a su petición. Todos los cristianos podemos imitar esta actitud de prontitud ante los reclamos del Señor y una prontitud alegre, porque no hay mayor motivo de felicidad y alegría que Jesús nos llame y lo hace todos los días. Zaqueo no podía seguir siendo el mismo después de conocer personalmente a Cristo. Decide restituir a toda persona que haya engañado. Y Cristo, que conoce el corazón de cada hombre, le da la buena noticia: "Hoy la salvación ha entrado a su casa".
Propósito
Imitar esta actitud de prontitud alegre de Zaqueo a lo que Jesús nos pide, porque no hay mayor motivo de felicidad y alegría que Jesús nos llame y lo hace todos los días.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, necesito este encuentro contigo en la oración. El ejemplo de Zaqueo me hace ver que quien te deja entrar en su vida, no pierde nada de lo que realmente hace la vida bella, buena y grande. Tu amistad abre las puertas de un horizonte inmenso. Ayúdame a hacer la misma experiencia y a no tener miedo de abrirte de par en par las puertas de mi corazón.
Zaqueo que era un hombre pecador se encuentra con Jesús. Pero este encuentro no sucede de manera fortuita, sino que nace de la curiosidad de este hombre, que seguramente admiraba a Jesús en secreto. Al pasar Jesús por Jericó había mucha gente reunida con la esperanza de ver cómo era ese profeta del que tanto se oía. Uno de ellos era Zaqueo, hombre de mala reputación, ya que se dedicaba a cobrar impuestos y además era muy rico. Su baja estatura le impedía ver a Jesús. Entonces corrió adelantándose para subirse a un árbol y desde ahí poder contemplar a Jesús en el momento en que pasara. Y al pasar Jesús miró hacia arriba y le dijo "Zaqueo, baja enseguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa". Él bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Y todo el pueblo murmuraba: "Se ha ido a casa de un rico pecador". Zaqueo dijo resueltamente a Jesús: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más". Jesús le contestó: "Hoy ha entrado la salvación a esta casa, pues también este hombre es un hijo de Abraham. El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido"
Cuán transformante habrá sido el encuentro de Zaqueo con Jesucristo para que este hombre decidiera corregir el rumbo de su vida. Probablemente desde el momento en que Zaqueo con tanto interés buscó a Jesús, sabía que su modo de actuar no era el correcto y sabía que conocer a ese profeta le cambiaría la vida, aunque esto tuviera muchas consecuencias. Zaqueo al subir al árbol, vence el respeto humano. Pone los medios necesarios para un encuentro cara a cara con el Señor. No imaginó que Jesucristo le pediría hospedarse en su casa. Y bajó del árbol rápidamente y lo recibió con alegría.
Qué actitud tan hermosa la de Zaqueo, que conociendo sus pecados, acepta al Señor y atiende rápidamente a su petición. Todos los cristianos podemos imitar esta actitud de prontitud ante los reclamos del Señor y una prontitud alegre, porque no hay mayor motivo de felicidad y alegría que Jesús nos llame y lo hace todos los días. Zaqueo no podía seguir siendo el mismo después de conocer personalmente a Cristo. Decide restituir a toda persona que haya engañado. Y Cristo, que conoce el corazón de cada hombre, le da la buena noticia: "Hoy la salvación ha entrado a su casa".
Propósito
Imitar esta actitud de prontitud alegre de Zaqueo a lo que Jesús nos pide, porque no hay mayor motivo de felicidad y alegría que Jesús nos llame y lo hace todos los días.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, necesito este encuentro contigo en la oración. El ejemplo de Zaqueo me hace ver que quien te deja entrar en su vida, no pierde nada de lo que realmente hace la vida bella, buena y grande. Tu amistad abre las puertas de un horizonte inmenso. Ayúdame a hacer la misma experiencia y a no tener miedo de abrirte de par en par las puertas de mi corazón.
lunes, 16 de noviembre de 2015
lunes, noviembre 16, 2015
Mi Portal
Evangelio (Lc 18,35-43): En aquel tiempo, sucedió que, al acercarse Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna; al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello. Le informaron que pasaba Jesús el Nazareno y empezó a gritar, diciendo: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!». Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó: «¿Qué quieres que te haga?». Él dijo: «¡Señor, que vea!». Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado». Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.
Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
«Tu fe te ha salvado»
Hoy, el ciego Bartimeo (cf. Mc 10,46) nos provee toda una lección de fe, manifestada con franca sencillez ante Cristo. ¡Cuántas veces nos iría bien repetir la misma exclamación de Bartimeo!: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!» (Lc 18,37). ¡Es tan provechoso para nuestra alma sentirnos indigentes! El hecho es que lo somos y que, desgraciadamente, pocas veces lo reconocemos de verdad. Y..., claro está: hacemos el ridículo. Así nos lo advierte san Pablo: «¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?» (1Cor 4,7).
A Bartimeo no le da vergüenza sentirse así. En no pocas ocasiones, la sociedad, la cultura de lo que es “políticamente correcto”, querrán hacernos callar: con Bartimeo no lo consiguieron. Él no se “arrugó”. A pesar de que «le increpaban para que se callara, (...) él gritaba mucho más: ‘¡Hijo de David, ten compasión de mí!’» (Lc 18,39). ¡Qué maravilla! Da ganas de decir: —Gracias, Bartimeo, por este ejemplo.
Y vale la pena hacerlo como él, porque Jesús escucha. ¡Y escucha siempre!, por más jaleo que algunos organicen a nuestro alrededor. La confianza sencilla —sin miramientos— de Bartimeo desarma a Jesús y le roba el corazón: «Mandó que se lo trajeran y (...) le preguntó: «¿Qué quieres que te haga?» (Lc 18,40-41). Delante de tanta fe, ¡Jesús no se anda con rodeos! Y... Bartimeo tampoco: «¡Señor, que vea!» (Lc 18,41). Dicho y hecho: «Ve. Tu fe te ha salvado» (Lc 18,42). Resulta que «la fe, si es fuerte, defiende toda la casa» (San Ambrosio), es decir, lo puede todo.
Él lo es todo; Él nos lo da todo. Entonces, ¿qué otra cosa podemos hacer ante Él, sino darle una respuesta de fe? Y esta “respuesta de fe” equivale a “dejarse encontrar” por este Dios que —movido por su afecto de Padre— nos busca desde siempre. Dios no se nos impone, pero pasa frecuentemente muy cerca de nosotros: aprendamos la lección de Bartimeo y... ¡no lo dejemos pasar de largo!
jueves, 12 de noviembre de 2015
jueves, noviembre 12, 2015
Mi Portal
Lucas 17, 20-25
En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: "¿Cuándo llegará el Reino de Dios?" Jesús les respondió: "El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: ‘Está aquí‘ o ‘Está allá‘, porque el Reino de Dios ya está entre ustedes".
Les dijo entonces a sus discípulos: "Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del Hijo del hombre y no podrán. Entonces les dirán: ‘Está aquí‘ o ‘Está allá‘, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación".
Reflexión
Dos enseñanzas fundamentales nos deja hoy nuestro Señor:
primera, y quizás la más importante, el Reino de los cielos es ya una realidad, es decir, el cielo está ya entre nosotros.
Sin embargo, es una realidad que sólo es visible y puede ser vivida en la medida en que entramos en la esfera divina mediante la gracia que produce el Espíritu Santo; es decir, en la medida que alimentamos al Espíritu en nuestra vida por medio de la oración, los sacramentos y la meditación diaria de la palabra de Dios, se abre delante de nosotros el horizonte del Reino, en donde el amor, la alegría y la paz son una verdadera realidad.
La segunda, y que se sigue de ésta es: ¿Quién estará preocupado por la llegada definitiva de Jesús, si Jesús es ya una realidad en nuestros corazones y en nuestra vida? Las profecías "apocalípticas" son sólo para los que no viven en gracia, ellos sí tienen por qué preocuparse.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: "¿Cuándo llegará el Reino de Dios?" Jesús les respondió: "El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: ‘Está aquí‘ o ‘Está allá‘, porque el Reino de Dios ya está entre ustedes".
Les dijo entonces a sus discípulos: "Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del Hijo del hombre y no podrán. Entonces les dirán: ‘Está aquí‘ o ‘Está allá‘, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación".
Reflexión
Dos enseñanzas fundamentales nos deja hoy nuestro Señor:
primera, y quizás la más importante, el Reino de los cielos es ya una realidad, es decir, el cielo está ya entre nosotros.
Sin embargo, es una realidad que sólo es visible y puede ser vivida en la medida en que entramos en la esfera divina mediante la gracia que produce el Espíritu Santo; es decir, en la medida que alimentamos al Espíritu en nuestra vida por medio de la oración, los sacramentos y la meditación diaria de la palabra de Dios, se abre delante de nosotros el horizonte del Reino, en donde el amor, la alegría y la paz son una verdadera realidad.
La segunda, y que se sigue de ésta es: ¿Quién estará preocupado por la llegada definitiva de Jesús, si Jesús es ya una realidad en nuestros corazones y en nuestra vida? Las profecías "apocalípticas" son sólo para los que no viven en gracia, ellos sí tienen por qué preocuparse.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
miércoles, 11 de noviembre de 2015
miércoles, noviembre 11, 2015
Mi Portal
Un punto claro pero que se olvida rápido. Debemos dar gracias siempre a Dios y saber que cuando te levantas debes agradecer y cuando te hechas a dormir también.
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Evangelio según San Lucas 17,11-19.
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea.
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia
y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!".
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?".
Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".
Lc. 17, 1 -19: la clave que el evangelio te invita a vivir hoy es “ser agradecido”.
Un punto claro pero que se olvida rápido. Debemos dar gracias siempre a Dios y saber que cuando te levantas debes agradecer y cuando te hechas a dormir también debes agradecer, incluso agradecer por los golpes duros que pasaste o pasas ya que ello nos ayudan a madurar o crecer “lo que no te mata, te fortalece”.
Creo que somos más pedigueños que agradecidos. A Dios le caemos cuando tenemos el agua al cuello pero no caemos cuando está todo en orden.
A tus familiares capaz que cuando estas medio corto de dinero o necesitado hasta los llamas constantemente pero cuando no hay necesidad te olvidas de preguntarle como estas.
Tarea para la casa: “hoy seré agradecido”.
Y si te animas, escribí cinco cosas de la cual tenes que agradecer en tu vida. Te animas? A trabajar!!!.
Click para descargar el audio del P.Luis Zazano
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
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Evangelio según San Lucas 17,11-19.
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea.
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia
y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!".
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?".
Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".
Lc. 17, 1 -19: la clave que el evangelio te invita a vivir hoy es “ser agradecido”.
Un punto claro pero que se olvida rápido. Debemos dar gracias siempre a Dios y saber que cuando te levantas debes agradecer y cuando te hechas a dormir también debes agradecer, incluso agradecer por los golpes duros que pasaste o pasas ya que ello nos ayudan a madurar o crecer “lo que no te mata, te fortalece”.
Creo que somos más pedigueños que agradecidos. A Dios le caemos cuando tenemos el agua al cuello pero no caemos cuando está todo en orden.
A tus familiares capaz que cuando estas medio corto de dinero o necesitado hasta los llamas constantemente pero cuando no hay necesidad te olvidas de preguntarle como estas.
Tarea para la casa: “hoy seré agradecido”.
Y si te animas, escribí cinco cosas de la cual tenes que agradecer en tu vida. Te animas? A trabajar!!!.
Click para descargar el audio del P.Luis Zazano
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
martes, 10 de noviembre de 2015
lunes, 9 de noviembre de 2015
lunes, noviembre 09, 2015
Mi Portal
viernes, 6 de noviembre de 2015
viernes, noviembre 06, 2015
Mi Portal
Muchas veces me he dicho: si la sabiduría, el talento y el empuje que con frecuencia usamos en nuestra vida cotidiana los usáramos para la construcción del Reino, para la evangelización, para llevar socorro a los necesitados, seguramente que nuestro mundo sería mucho muy diferente.
jueves, 5 de noviembre de 2015
jueves, noviembre 05, 2015
Mi Portal
Jueves XXXI del tiempo ordinario
Escuchar audio
Texto del Evangelio (Lc 15,1-10): En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Éste acoge a los pecadores y come con ellos».
Entonces les dijo esta parábola. «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido’. Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión.
»O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido’. Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
Comentario: Rev. D. Francesc NICOLAU i Pous (Barcelona, España)
«Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta»
Hoy, el evangelista de la misericordia de Dios nos expone dos parábolas de Jesús que iluminan la conducta divina hacia los pecadores que regresan al buen camino. Con la imagen tan humana de la alegría, nos revela la bondad de Dios que se complace en el retorno de quien se había alejado del pecado. Es como un volver a la casa del Padre (como dirá más explícitamente en Lc 15,11-32). El Señor no vino a condenar el mundo, sino a salvarlo (cf. Jn 3,17), y lo hizo acogiendo a los pecadores que con plena confianza «se acercaban a Jesús para oírle» (Lc 15,1), ya que Él les curaba el alma como un médico cura el cuerpo de los enfermos (cf. Mt 9,12). Los fariseos se tenían por buenos y no sentían necesidad del médico, y es por ellos —dice el evangelista— que Jesús propuso las parábolas que hoy leemos.
Si nosotros nos sentimos espiritualmente enfermos, Jesús nos atenderá y se alegrará de que acudamos a Él. Si, en cambio, como los orgullosos fariseos pensásemos que no nos es necesario pedir perdón, el Médico divino no podría obrar en nosotros. Sentirnos pecadores lo hemos de hacer cada vez que recitamos el Padrenuestro, ya que en él decimos «perdona nuestras ofensas...». ¡Y cuánto hemos de agradecerle que lo haga! ¡Cuánto agradecimiento también hemos de sentir por el sacramento de la reconciliación que ha puesto a nuestro alcance tan compasivamente! Que la soberbia no nos lo haga menospreciar. San Agustín nos dice que Jesucristo, Dios Hombre, nos dio ejemplo de humildad para curarnos del “tumor” de la soberbia, «ya que gran miseria es el hombre soberbio, pero más grande misericordia es Dios humilde».
Digamos todavía que la lección que Jesús da a los fariseos es ejemplar también para nosotros; no podemos alejar de nosotros a los pecadores. El Señor quiere que nos amemos como Él nos ha amado (cf. Jn 13,34) y hemos de sentir gran gozo cuando podamos llevar una oveja errante al redil o recobrar una moneda perdida.
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Texto del Evangelio (Lc 15,1-10): En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Éste acoge a los pecadores y come con ellos».
Entonces les dijo esta parábola. «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido’. Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión.
»O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido’. Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
Comentario: Rev. D. Francesc NICOLAU i Pous (Barcelona, España)
«Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta»
Hoy, el evangelista de la misericordia de Dios nos expone dos parábolas de Jesús que iluminan la conducta divina hacia los pecadores que regresan al buen camino. Con la imagen tan humana de la alegría, nos revela la bondad de Dios que se complace en el retorno de quien se había alejado del pecado. Es como un volver a la casa del Padre (como dirá más explícitamente en Lc 15,11-32). El Señor no vino a condenar el mundo, sino a salvarlo (cf. Jn 3,17), y lo hizo acogiendo a los pecadores que con plena confianza «se acercaban a Jesús para oírle» (Lc 15,1), ya que Él les curaba el alma como un médico cura el cuerpo de los enfermos (cf. Mt 9,12). Los fariseos se tenían por buenos y no sentían necesidad del médico, y es por ellos —dice el evangelista— que Jesús propuso las parábolas que hoy leemos.
Si nosotros nos sentimos espiritualmente enfermos, Jesús nos atenderá y se alegrará de que acudamos a Él. Si, en cambio, como los orgullosos fariseos pensásemos que no nos es necesario pedir perdón, el Médico divino no podría obrar en nosotros. Sentirnos pecadores lo hemos de hacer cada vez que recitamos el Padrenuestro, ya que en él decimos «perdona nuestras ofensas...». ¡Y cuánto hemos de agradecerle que lo haga! ¡Cuánto agradecimiento también hemos de sentir por el sacramento de la reconciliación que ha puesto a nuestro alcance tan compasivamente! Que la soberbia no nos lo haga menospreciar. San Agustín nos dice que Jesucristo, Dios Hombre, nos dio ejemplo de humildad para curarnos del “tumor” de la soberbia, «ya que gran miseria es el hombre soberbio, pero más grande misericordia es Dios humilde».
Digamos todavía que la lección que Jesús da a los fariseos es ejemplar también para nosotros; no podemos alejar de nosotros a los pecadores. El Señor quiere que nos amemos como Él nos ha amado (cf. Jn 13,34) y hemos de sentir gran gozo cuando podamos llevar una oveja errante al redil o recobrar una moneda perdida.
miércoles, 4 de noviembre de 2015
miércoles, noviembre 04, 2015
Mi Portal
Evangelio de hoy
Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar‘.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo".
Reflexión
Este pasaje de la Escritura con frecuencia es mal entendido, pues parecería que el mismo Jesús está en contra de la ley de Dios que dice: "honrarás a tu padre y a tu madre", ¿cómo es que ahora nos pone como condición para seguirlo el aborrecerlos?
Para ello, basta leer con detenimiento el versículo 25, pues, Jesús nos está hablando de una "preferencia". Esto quiere decir que el Reino tiene precedencia incluso, sobre los valores que podríamos considerar más nobles como es el padre y la madre e incluso la misma vida.
Por ello, al entrar en conflicto los valores del Reino con cualquier otro valor —incluido el de la familia—, ha de tener prioridad el Reino, aun cuando esto pueda ser sumamente doloroso, pues exige renuncia y supone la cruz. Jesús nos invita a tenerlo como el valor central de nuestra vida. La pregunta que surge es: ¿Está realmente Jesús al centro de tu vida y de tus valores?
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar‘.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo".
Reflexión
Este pasaje de la Escritura con frecuencia es mal entendido, pues parecería que el mismo Jesús está en contra de la ley de Dios que dice: "honrarás a tu padre y a tu madre", ¿cómo es que ahora nos pone como condición para seguirlo el aborrecerlos?
Para ello, basta leer con detenimiento el versículo 25, pues, Jesús nos está hablando de una "preferencia". Esto quiere decir que el Reino tiene precedencia incluso, sobre los valores que podríamos considerar más nobles como es el padre y la madre e incluso la misma vida.
Por ello, al entrar en conflicto los valores del Reino con cualquier otro valor —incluido el de la familia—, ha de tener prioridad el Reino, aun cuando esto pueda ser sumamente doloroso, pues exige renuncia y supone la cruz. Jesús nos invita a tenerlo como el valor central de nuestra vida. La pregunta que surge es: ¿Está realmente Jesús al centro de tu vida y de tus valores?
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
jueves, 29 de octubre de 2015
jueves, octubre 29, 2015
Mi Portal
y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado. Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén’.
»¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar vuestra casa. Os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el día en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».
Comentario: Rev. D. Àngel Eugeni PÉREZ i Sánchez (Barcelona, España)
«¡Jerusalén, Jerusalén! (...) ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos (...) y no habéis querido!»
Hoy podemos admirar la firmeza de Jesús en el cumplimiento de la misión que le ha encomendado el Padre del cielo. Él no se va a detener por nada: «Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana» (Lc 13,32). Con esta actitud, el Señor marcó la pauta de conducta que a lo largo de los siglos seguirían los mensajeros del Evangelio ante las persecuciones: no doblegarse ante el poder temporal. San Agustín dice que, en tiempo de persecuciones, los pastores no deben abandonar a los fieles: ni a los que sufrirán el martirio ni a los que sobrevivirán, como el Buen Pastor, que al ver venir al lobo, no abandona el rebaño, sino que lo defiende. Pero visto el fervor con que todos los pastores de la Iglesia se disponían a derramar su sangre, indica que lo mejor será echar a suertes quiénes de los clérigos se entregarán al martirio y quiénes se pondrán a salvo para luego cuidarse de los supervivientes.
En nuestra época, con desgraciada frecuencia, nos llegan noticias de persecuciones religiosas, violencias tribales o revueltas étnicas en países del Tercer Mundo. Las embajadas occidentales aconsejan a sus conciudadanos que abandonen la región y repatríen su personal. Los únicos que permanecen son los misioneros y las organizaciones de voluntarios, porque les parecería una traición abandonar a los “suyos” en momentos difíciles.
«¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar vuestra casa» (Lc 13,34-35). Este lamento del Señor produce en nosotros, los cristianos del siglo XXI, una tristeza especial, debida al sangrante conflicto entre judíos y palestinos. Para nosotros, esa región del Próximo Oriente es la Tierra Santa, la tierra de Jesús y de María. Y el clamor por la paz en todos los países debe ser más intenso y sentido por la paz en Israel y Palestina.
miércoles, 28 de octubre de 2015
miércoles, octubre 28, 2015
Mi Portal
Evangelio de hoy
Lucas 6, 12-19
Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa, de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Reflexión
Los evangelios, en particular el de hoy, nos muestran cómo siempre que Jesús debía tomar una decisión importante, pasaba toda la noche en oración. Es común oír: "No tengo tiempo para orar". Esto generalmente es verdad, pues el tiempo para orar debemos "crearlo". Esto implica renunciar a nuestro tiempo de diversión, a la televisión e inclusive, como Jesús, al descanso nocturno.
Solamente el cristiano que ora todos los días verá cambios en su vida, pues la oración es el elemento que permite que la gracia de Dios se convierta en vida. Es también común escuchar: "Dios siempre está conmigo y por eso yo hago mi oración mientras voy manejando al trabajo o a la escuela". Esto es verdad también, Dios siempre está con nosotros, pues Dios siempre tiene tiempo para nosotros, la pregunta sería si nosotros, como Jesús, también tenemos tiempo para Dios.
Si bien es cierto que todo momento es un buen momento para orar, es necesario dedicar un tiempo exclusivo para Dios, para estar con él, para que todos nuestros sentidos se centren y concentren en él. Date tiempo para orar, sólo así tendrás suficiente luz para dirigir las decisiones de tu vida.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
martes, 27 de octubre de 2015
martes, octubre 27, 2015
Mi Portal
El Reino de Dios pide nuestra colaboración.2015-10-27
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Ven, Espíritu Santo, y llena y fermenta mi corazón de amor por Ti. Con tu gracia podré corresponder al amor de Cristo me tiene. Yo no soy digno de este amor, pero imploro tu misericordia. Gracias por tu amorosa presencia dentro de mí.
Ven, Espíritu Santo, y llena y fermenta mi corazón de amor por Ti. Con tu gracia podré corresponder al amor de Cristo me tiene. Yo no soy digno de este amor, pero imploro tu misericordia. Gracias por tu amorosa presencia dentro de mí.
Evangelio del día, (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21
En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con que podré compararlo? Se parece a un la semilla de mostaza que un hombre sembró en una huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas".
Y dijo de nuevo: "¿Con que podré comparar el Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que hace fermentar toda la masa".
Palabra del Señor.
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21
En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con que podré compararlo? Se parece a un la semilla de mostaza que un hombre sembró en una huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas".
Y dijo de nuevo: "¿Con que podré comparar el Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que hace fermentar toda la masa".
Palabra del Señor.
Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa)
«La imagen del grano de mostaza. Si bien es el más pequeño de todas las semillas está lleno de vida y crece hasta volverse más grande que todas las plantas de huerto.
Así es el reino de Dios: una realidad humanamente pequeña y aparentemente irrelevante. Para entrar a ser parte es necesario ser pobres en el corazón; no confiarse en las propias capacidades sino en la potencia del amor de Dios; no actuar para ser importantes a los ojos de mundo, sino preciosos a los ojos de Dios, que tiene predilección por simples y los humildes.
Cuando vivimos así, a través de nosotros irrumpe la fuerza de Cristo y transforma lo que es pequeño y modesto en una realidad que hace fermentar a toda la masa del mundo y de la historia.
De estas dos parábolas nos viene una enseñanza importante: el Reino de Dios pide nuestra colaboración, si bien es sobretodo iniciativa y un don del Señor. Nuestra débil obra aparentemente pequeña delante de los problemas del mundo, si se inserta en la de Dios y no tiene miedo de las dificultades.
La victoria del Señor es segura, su amor hará crecer cada semilla de bien presente en la tierra. Esto nos abre a la confianza y al optimismo a pesar de los dramas, las injusticias, y los sufrimientos que encontramos. La semilla del bien y de la paz germina y se desarrolla, porque lo hace madurar el amor misericordioso de Dios.» (Ángelus de S.S. Francisco, 14 de junio de 2015).
«La imagen del grano de mostaza. Si bien es el más pequeño de todas las semillas está lleno de vida y crece hasta volverse más grande que todas las plantas de huerto.
Así es el reino de Dios: una realidad humanamente pequeña y aparentemente irrelevante. Para entrar a ser parte es necesario ser pobres en el corazón; no confiarse en las propias capacidades sino en la potencia del amor de Dios; no actuar para ser importantes a los ojos de mundo, sino preciosos a los ojos de Dios, que tiene predilección por simples y los humildes.
Cuando vivimos así, a través de nosotros irrumpe la fuerza de Cristo y transforma lo que es pequeño y modesto en una realidad que hace fermentar a toda la masa del mundo y de la historia.
De estas dos parábolas nos viene una enseñanza importante: el Reino de Dios pide nuestra colaboración, si bien es sobretodo iniciativa y un don del Señor. Nuestra débil obra aparentemente pequeña delante de los problemas del mundo, si se inserta en la de Dios y no tiene miedo de las dificultades.
La victoria del Señor es segura, su amor hará crecer cada semilla de bien presente en la tierra. Esto nos abre a la confianza y al optimismo a pesar de los dramas, las injusticias, y los sufrimientos que encontramos. La semilla del bien y de la paz germina y se desarrolla, porque lo hace madurar el amor misericordioso de Dios.» (Ángelus de S.S. Francisco, 14 de junio de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Para colaborar en la extensión del Reino de Dios, hoy no me voy a quejar, mejor voy a ver lo que puedo hacer para aliviar las cargas y los sufrimientos de los demás.
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Para colaborar en la extensión del Reino de Dios, hoy no me voy a quejar, mejor voy a ver lo que puedo hacer para aliviar las cargas y los sufrimientos de los demás.
«Cada cristiano debe hacer presente a Cristo entre los hombres; debe obrar de tal manera que quienes le traten perciban el buen olor de Cristo; debe actuar de modo que, a través de las acciones del discípulo, pueda descubrirse el rosto del Maestro.»
(San J. Escriva de Balaguer, Es Cristo que pasa, n. 105)
(San J. Escriva de Balaguer, Es Cristo que pasa, n. 105)
lunes, 26 de octubre de 2015
viernes, 23 de octubre de 2015
martes, 20 de octubre de 2015
martes, octubre 20, 2015
Mi Portal
Evangelio de hoy
Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos".
Reflexión
Reflexión
En diferentes ocasiones hemos escuchado rumores sobre el "fin del mundo". Esto con frecuencia produce inquietud y desasosiego en muchos cristianos, lo cual nos lleva a perder la paz y la libertad que Dios nos regala.
Todos estos rumores sólo buscan confundirnos. Hoy hemos escuchado que el regreso de Cristo, y con ello el fin del mundo, es algo que llegará de sorpresa. Por ello es necesario vivir preparados.
Quien vive en gracia y de acuerdo al Evangelio no está preocupado de cuándo o a qué hora llegará; sabe que cuando llegue será el día más feliz de su vida pues lo verá tal como es y así, su amor y su felicidad, serán colmados. No nos dejemos engañar, y vivamos siempre listos, en la alegría y la paz de Dios.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos".
Reflexión
Reflexión
En diferentes ocasiones hemos escuchado rumores sobre el "fin del mundo". Esto con frecuencia produce inquietud y desasosiego en muchos cristianos, lo cual nos lleva a perder la paz y la libertad que Dios nos regala.
Todos estos rumores sólo buscan confundirnos. Hoy hemos escuchado que el regreso de Cristo, y con ello el fin del mundo, es algo que llegará de sorpresa. Por ello es necesario vivir preparados.
Quien vive en gracia y de acuerdo al Evangelio no está preocupado de cuándo o a qué hora llegará; sabe que cuando llegue será el día más feliz de su vida pues lo verá tal como es y así, su amor y su felicidad, serán colmados. No nos dejemos engañar, y vivamos siempre listos, en la alegría y la paz de Dios.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
jueves, 15 de octubre de 2015
jueves, octubre 15, 2015
Mi Portal
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Evangelio de hoy
Lucas 11, 47-54
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y doctores de la ley: "¡Ay de ustedes, que les construyen sepulcros a los profetas que los padres de ustedes asesinaron! Con eso dan a entender que están de acuerdo con lo que sus padres hicieron, pues ellos los mataron y ustedes les construyen el sepulcro.
Por eso dijo la sabiduría de Dios: Yo les mandaré profetas y apóstoles, y los matarán y los perseguirán, para que así se le pida cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que fue asesinado entre el atrio y el altar. Sí, se lo repito: a esta generación se le pedirán cuentas.
¡Ay de ustedes, doctores de la ley, porque han guardado la llave de la puerta del saber! Ustedes no han entrado, y a los que iban a entrar les han cerrado el paso".
Luego que Jesús salió de allí, los escribas y fariseos comenzaron a acosarlo terriblemente con muchas preguntas y a ponerle trampas para ver si podían acusarlo con alguna de sus propias palabras.
Reflexión
Mt. 11, 25-30: hoy es el día de Santa Teresa de Ávila. Una mujer que amaba a Dios y nos mostró un camino espiritual para seguir a Dios. Ese camino espiritual esta marcado por:
1) Enamoramiento: ese momento donde Dios te sorprende, te “flayea” y te encanta. Es ese momento donde te envuelve Dios y te sentís la persona más grande del mundo.
2) Alejamiento: es como que Dios se te escapa, te juega a las “escondidas” y es como que te invita a buscarlo. Te hace sentir sólo y hasta medio perdido. Lo primero que tenes que hacer en ese momento es recordar el momento de enamoramiento y los signos que Dios te dió.
3) Re-encuentro: es la mejor etapa, pasas el dolor de haberlo pedido pero el reencuentro es gratificante y te llena de paz. A diferencia del enamoramiento, la primera etapa, es que aquí tenes los pies en la tierra. Te sentís más maduro y comprendes que Dios no te abandona.
El camino para seguir en toda esta etapa es: la humildad, la sencillez y la oración.
Bienvenido al camino espiritual, ¿en qué etapa estas?
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Evangelio de hoy
Lucas 11, 47-54
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y doctores de la ley: "¡Ay de ustedes, que les construyen sepulcros a los profetas que los padres de ustedes asesinaron! Con eso dan a entender que están de acuerdo con lo que sus padres hicieron, pues ellos los mataron y ustedes les construyen el sepulcro.
Por eso dijo la sabiduría de Dios: Yo les mandaré profetas y apóstoles, y los matarán y los perseguirán, para que así se le pida cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que fue asesinado entre el atrio y el altar. Sí, se lo repito: a esta generación se le pedirán cuentas.
¡Ay de ustedes, doctores de la ley, porque han guardado la llave de la puerta del saber! Ustedes no han entrado, y a los que iban a entrar les han cerrado el paso".
Luego que Jesús salió de allí, los escribas y fariseos comenzaron a acosarlo terriblemente con muchas preguntas y a ponerle trampas para ver si podían acusarlo con alguna de sus propias palabras.
Reflexión
Mt. 11, 25-30: hoy es el día de Santa Teresa de Ávila. Una mujer que amaba a Dios y nos mostró un camino espiritual para seguir a Dios. Ese camino espiritual esta marcado por:
1) Enamoramiento: ese momento donde Dios te sorprende, te “flayea” y te encanta. Es ese momento donde te envuelve Dios y te sentís la persona más grande del mundo.
2) Alejamiento: es como que Dios se te escapa, te juega a las “escondidas” y es como que te invita a buscarlo. Te hace sentir sólo y hasta medio perdido. Lo primero que tenes que hacer en ese momento es recordar el momento de enamoramiento y los signos que Dios te dió.
3) Re-encuentro: es la mejor etapa, pasas el dolor de haberlo pedido pero el reencuentro es gratificante y te llena de paz. A diferencia del enamoramiento, la primera etapa, es que aquí tenes los pies en la tierra. Te sentís más maduro y comprendes que Dios no te abandona.
El camino para seguir en toda esta etapa es: la humildad, la sencillez y la oración.
Bienvenido al camino espiritual, ¿en qué etapa estas?
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miércoles, 14 de octubre de 2015
miércoles, 7 de octubre de 2015
martes, 6 de octubre de 2015
martes, octubre 06, 2015
Mi Portal
Evangelio de hoy
Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: "Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude".
El Señor le respondió: "Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará".
Reflexión
Aunque este evangelio nos refiere, muy probablemente, a María la hermana de Lázaro, las palabras de Jesús se aplican perfectamente a María, su Santísima Madre. Son muchísimos los pasajes en los que Jesús, de manera especial en el evangelio de san Lucas, nos presentan a la Madre de Jesús como: "la que escucha y obedece la palabra de Dios".
Ahora bien, este pasaje ha sido utilizado constantemente en la Iglesia para ilustrar dos grandes vocaciones: la vida Contemplativa (María) y la vida Activa (Marta). Las dos sirven a Jesús de diferente manera.
Lo bello en María de Nazaret es que ella resume estas dos vocaciones y con ello nos invita a imitarla: El cristiano debe ser un contemplativo en la acción. ¿Por qué no te tomas unos pocos minutos de tu agitado día para elevar tu corazón a Dios, y darte cuenta de toda la belleza que él ha puesto a tu alrededor?
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: "Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude".
El Señor le respondió: "Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará".
Reflexión
Aunque este evangelio nos refiere, muy probablemente, a María la hermana de Lázaro, las palabras de Jesús se aplican perfectamente a María, su Santísima Madre. Son muchísimos los pasajes en los que Jesús, de manera especial en el evangelio de san Lucas, nos presentan a la Madre de Jesús como: "la que escucha y obedece la palabra de Dios".
Ahora bien, este pasaje ha sido utilizado constantemente en la Iglesia para ilustrar dos grandes vocaciones: la vida Contemplativa (María) y la vida Activa (Marta). Las dos sirven a Jesús de diferente manera.
Lo bello en María de Nazaret es que ella resume estas dos vocaciones y con ello nos invita a imitarla: El cristiano debe ser un contemplativo en la acción. ¿Por qué no te tomas unos pocos minutos de tu agitado día para elevar tu corazón a Dios, y darte cuenta de toda la belleza que él ha puesto a tu alrededor?
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
lunes, 5 de octubre de 2015
lunes, octubre 05, 2015
Mi Portal
El Evangelio de hoy
> Lucas 10, 25-37
>
> En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: "Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?" El doctor de la ley contestó: "Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo". Jesús le dijo: "Has contestado bien; si haces eso, vivirás".
>
> El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" Jesús le dijo: "Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: 'Cuida de él y lo que gastes de más, te lo pagaré a mi regreso'.
>
> ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?" El doctor de la ley le respondió: "El que tuvo compasión de él". Entonces Jesús le dijo: "Anda y haz tú lo mismo".
>
> Reflexión
> Decir "te amo" no es suficiente, es necesario que este amor se haga manifiesto a través de nuestras acciones y de nuestras actitudes. El verdadero amor muestra siempre interés por la otra persona y es capaz de comprometer hasta sus propios recursos con el fin de mostrar con claridad su intensidad.
>
> Quien ama, siempre tiene tiempo para la otra persona, para la persona amada. Si quieres saber quién te ama de verdad evalúa estos tres elementos:
> -Fíjate quién se interesa por ti.
> -Quién es capaz de comprometer su vida contigo y por ti.
> -Quién hace un pequeño espacio en su agitado día para decirte: "Hola, ¿cómo estás?"
> ¿Tendrás tú también estas actitudes para con Dios?
>
> Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
> Como María, todo por Jesús y para Jesús.
> Pbro. Ernesto María Caro
> Lucas 10, 25-37
>
> En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: "Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?" El doctor de la ley contestó: "Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo". Jesús le dijo: "Has contestado bien; si haces eso, vivirás".
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> El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" Jesús le dijo: "Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: 'Cuida de él y lo que gastes de más, te lo pagaré a mi regreso'.
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> ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?" El doctor de la ley le respondió: "El que tuvo compasión de él". Entonces Jesús le dijo: "Anda y haz tú lo mismo".
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> Reflexión
> Decir "te amo" no es suficiente, es necesario que este amor se haga manifiesto a través de nuestras acciones y de nuestras actitudes. El verdadero amor muestra siempre interés por la otra persona y es capaz de comprometer hasta sus propios recursos con el fin de mostrar con claridad su intensidad.
>
> Quien ama, siempre tiene tiempo para la otra persona, para la persona amada. Si quieres saber quién te ama de verdad evalúa estos tres elementos:
> -Fíjate quién se interesa por ti.
> -Quién es capaz de comprometer su vida contigo y por ti.
> -Quién hace un pequeño espacio en su agitado día para decirte: "Hola, ¿cómo estás?"
> ¿Tendrás tú también estas actitudes para con Dios?
>
> Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
> Como María, todo por Jesús y para Jesús.
> Pbro. Ernesto María Caro
miércoles, 30 de septiembre de 2015
miércoles, septiembre 30, 2015
Mi Portal
Evangelio según San Lucas 9,57-62.
Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos".
Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Lc. 9, 57-62: Te recomiendo que en el día de hoy medites también la lectura de Nehemias 2, 1-8 que es la primera lectura del día de hoy en la misa. Te la recomiendo porque puede ser algo similar, un hombre esta triste y se presenta triste ante el rey. Lo mismo que puede pasarte a ti, cuando la tristeza te toma y aparece en tu rostro, cuando no lo podes disimular por nada del mundo. Es esa tristeza que te lleva a la angustia. Pero aqui hay un detalle que quiero presentarte: él lo habla y lo dice, dice porque se siente triste. Es a ello a lo que te apuntalo, cuando te sientas triste hablalo porque se puede solucionar, se te puede ayudar, pero habla… “todo lo que se habla tiene solución”.
Por otra parte vemos en el evangelio dos tipos de seguimientos: por un lado el seguimiento entusiasta, esa persona que baja de un retiro y se quiere comer el mundo pero pasan los días y se empieza uno a decaer… No dejes que el entusiasmo se vaya y aprende a forjarte en la oración y en el sacrificio.
Por otro lado tenemos un segundo tipo de seguimiento, el que se va madurando día a día y que el Señor te invita a que te abandones. No dejes que la tristeza te tome, abandónate y segui al Señor, no hay mejor propaganda del catolicismo que un católico alegre.
Click para descargar el audio de http://padreluiszazano.com/
Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos".
Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Lc. 9, 57-62: Te recomiendo que en el día de hoy medites también la lectura de Nehemias 2, 1-8 que es la primera lectura del día de hoy en la misa. Te la recomiendo porque puede ser algo similar, un hombre esta triste y se presenta triste ante el rey. Lo mismo que puede pasarte a ti, cuando la tristeza te toma y aparece en tu rostro, cuando no lo podes disimular por nada del mundo. Es esa tristeza que te lleva a la angustia. Pero aqui hay un detalle que quiero presentarte: él lo habla y lo dice, dice porque se siente triste. Es a ello a lo que te apuntalo, cuando te sientas triste hablalo porque se puede solucionar, se te puede ayudar, pero habla… “todo lo que se habla tiene solución”.
Por otra parte vemos en el evangelio dos tipos de seguimientos: por un lado el seguimiento entusiasta, esa persona que baja de un retiro y se quiere comer el mundo pero pasan los días y se empieza uno a decaer… No dejes que el entusiasmo se vaya y aprende a forjarte en la oración y en el sacrificio.
Por otro lado tenemos un segundo tipo de seguimiento, el que se va madurando día a día y que el Señor te invita a que te abandones. No dejes que la tristeza te tome, abandónate y segui al Señor, no hay mejor propaganda del catolicismo que un católico alegre.
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