jueves, 28 de enero de 2016

Jesús: luz que debemos hacer brillar y de la que nosotros como beneficiarios somos responsables.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4,21-25:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: «¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará con creces hasta lo que tiene.»


Meditación Monjas Dominicas Contemplativas Monasterio Stma. Trinidad y Sta. Lucia (Orihuela)

Animémonos a ser luz


El discípulo está invitado a comprender que Dios es Aquel que está a punto de tomar posesión de su vida, que va a su encuentro con una misteriosa iniciativa que está llamado a aceptar, sin conocerla en sus detalles.

En este texto del Evangelio de Marcos leemos unos versículos anteriores a unas pequeñas parábolas (de la semilla que crece por sí sola y del grano de mostaza) que pueden interpretarse de diversas maneras según el contexto en el que se las utilice pero siempre relacionadas con las enseñanzas de Jesús: luz que debemos hacer brillar y de la que nosotros como beneficiarios somos responsables.

El candelero alumbra a quienes están en oscuridad; seamos candiles descubiertos para nuestro prójimo. Que puedan decir de cada uno que nuestra Luz es Jesucristo, que cuando nos vean a nosotros, lo vean a Él; que cuando hablemos, lo escuchen a Él; cuando hagamos algo, lo descubran a Él. Estamos llamados a ser soportes móviles para sostener a otros.

Hoy la Iglesia hace memoria de Santo Tomás de Aquino, quien fue y sigue siendo un candil cuya luz, recibida del Espíritu, nos permite adentrarnos en el amor a la VERDAD.

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