viernes, 27 de mayo de 2016

La tentación de utilizar a Dios no para fines religiosos, no para poner en contacto al hombre con él, sino para utilizarle para otros fines principalmente, como en el evangelio de hoy, para fines lucrativos, siempre ha existido y sigue existiendo. Debemos tener sumo cuidado para no caer en esa tentación y traficar con Dios.


Lectura del santo evangelio según san Marcos 11, 11-26
Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: -«Nunca jamás coma nadie de ti.» Los discípulos lo oyeron. Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía, diciendo: -« ¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos" Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos.» Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: -«Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.» Jesús contestó: -«Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: "Quítate de ahí y tirate al mar", no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas. »
  • “Mi casa… casa de oración”

Nos encontramos con el fragmento del tema del templo. En una interpretación sencilla, sin alardes técnicos, Jesús expulsa a los que traficaban en el templo: cambistas, vendedores de palomas… porque han convertido la casa de oración en una cueva de bandidos. El templo lugar privilegiado para la relación con Dios, para alabar, agradecer, pedir, invocar… a Dios, sin embargo, algunos lo aprovechan para mejorar su economía, hacer negocios. Algo que indignó y mucho a Jesús. La tentación de utilizar a Dios no para fines religiosos, no para poner en contacto al hombre con él, sino para utilizarle para otros fines principalmente, como en el evangelio de hoy, para fines lucrativos, siempre ha existido y sigue existiendo. Debemos tener sumo cuidado para no caer en esa tentación y traficar con Dios.
Algunas exégetas, en el episodio de la higuera, ven reflejado al pueblo de Israel, que se ha vuelto estéril y ha perdido la fecundidad religiosa.
Jesús, también es este evangelio, nos invita una vez más a tener fe en Dios y con una afirmación fuerte nos asegura: “Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis”.
Fray Manuel Santos  SánchezFray Manuel Santos Sánchez
Real Convento de Predicadores (Valencia)

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