miércoles, 23 de noviembre de 2016

Crezcamos todos los días en la fuerza de voluntad, en la perseverancia y en la tenacidad especialmente en la consecución de nuestros propósitos, esto nos permitirá ser fieles al Evangelio en toda circunstancia. 



 
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 12-19:

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.

Los traicionarán hasta sus padres y hermanos, sus parientes y amigos. Matarán algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.


Oración introductoria

Espíritu Santo, Dulce huésped de mi alma, Tú eres mi Consolador, el que me asiste, el que me ilumina y guía. Ayúdame a poner en el centro de mi vida y de mi actividad la Palabra de Dios que me indica la senda de la vida y me revela los secretos de la santidad.

Petición

Señor, dame la gracia de traducir todas las enseñanzas del Evangelio en actitudes de auténtica entrega y caridad.

Meditación

El cristiano ama la vida y todos los dones recibidos de Dios, pero es consciente de los bienes supremos. Así lo han comprendido los mártires de toda la historia de la Iglesia, esos hombres y mujeres que fueron capaces de dar su vida con tal de ser fieles a Cristo. Ellos sabían que la profesión pública de su fe en Dios era más importante que nada. Pero el amor a Dios y la reciedumbre de espíritu no se manifiestan solamente en los casos excepcionales. Todos los cristianos necesitamos ejercitarnos en la virtud de la fortaleza, por amor al Señor, en la vida ordinaria. Esta virtud nos ayuda a superar los obstáculos y, cuando no es posible hacerlo, nos brinda la capacidad de resistencia para soportar las dificultades.

Crezcamos todos los días en la fuerza de voluntad, en la perseverancia y en la tenacidad especialmente en la consecución de nuestros propósitos, esto nos permitirá ser fieles al Evangelio en toda circunstancia. Alimentemos también nuestra caridad, de manera que tengamos la disposición y prontitud para hacer cualquier sacrificio por Cristo.

Reflexión apostólica

No tengamos miedo de comprometernos en las tareas apostólicas de la Iglesia, no dudemos en elegir un estilo de vida que no siga la mentalidad actual. El Espíritu Santo nos asegura la fuerza necesaria para dar testimonio de la fe y de la belleza de ser cristianos. Las crecientes necesidades de la evangelización requieren numerosos obreros en la viña del Señor: no dudemos en responderle con prontitud a Jesús que nos llama.

Propósito

Llevaré a término todas las obras que comience.

Diálogo con Cristo

Señor, te pido acrecientes en mí las virtudes teologales, la fe, la esperanza y la caridad; pero también te ofrezco el sincero esfuerzo por adquirir aquellas virtudes que me permitan serte fiel como la pureza, la fidelidad, la humildad, la sinceridad y la autenticidad.

“Toda la perfección cristiana podríamos decir que consiste en el desarrollo vital y armónico de las virtudes, especialmente las infusas, entre las que destaca la caridad.” (Cristo al centro, n.2145)


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