martes, 29 de noviembre de 2016

Qué lindo descubrir también que el Señor quiere mover nuestro corazón para alabar al Padre y alabarlo porque descubrimos cuantas cosas el Señor nos revela, nos muestra... y alabarlo también porque descubrimos que Él nos invita hacer de aquellos pequeños, que se dejan enseñar, que se dejan guiar y conducir por Él.

Evangelio según San Lucas 10,21-24


"En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!".

Palabra de Dios

 Reflexión: P. Mariano Cortés Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de 9 de Julio


La liturgia nos propone para hoy el texto del evangelio de Lucas en donde vemos a Jesús que alaba al Padre “Te alabo Padre, Señor del cielo y tierra, porque haber ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y habérselas revelado a los pequeños” dice Jesús.

 Qué lindo descubrir también que el Señor quiere mover nuestro corazón para alabar al Padre y alabarlo porque descubrimos cuantas cosas el Señor nos revela, nos muestra... y alabarlo también porque descubrimos que Él nos invita hacer de aquellos pequeños, que se dejan enseñar, que se dejan guiar y conducir por Él.

Por eso hoy te propongo que te preguntes en primer lugar ¿Cuales son? ¿Por qué te sentís invitado a alabar a Dios? ¿Por qué alabarías al Señor en este momento? Y también preguntarte ¿Cuáles son aquellas cosas que el Señor te ha revelado, te ha mostrado, que vos conoces y que tal vez deberías hacérselas saber a los demás.

Que el Señor te de la gracia de ser de aquellos pequeños que conocen la revelación, que lo conocen en intimidad , que saben quién es y que por eso pueden hablar de Él. Te dejo con la Palabra de Dios, para que ilumine tu vida y con mi bendición en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

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