Qué
lindo descubrir también que el Señor quiere mover nuestro corazón para
alabar al Padre y alabarlo porque descubrimos cuantas cosas el Señor nos
revela, nos muestra... y alabarlo también porque descubrimos que Él nos
invita hacer de aquellos pequeños, que se dejan enseñar, que se dejan
guiar y conducir por Él.
Evangelio según San Lucas 10,21-24
"En
aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu
Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por
haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas
revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me
ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el
Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien
el Hijo se lo quiera revelar". Después, volviéndose hacia sus
discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo
que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver
lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo
oyeron!".
Palabra de Dios
Reflexión: P. Mariano Cortés Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de 9 de Julio
La
liturgia nos propone para hoy el texto del evangelio de Lucas en donde
vemos a Jesús que alaba al Padre “Te alabo Padre, Señor del cielo y
tierra, porque haber ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y
habérselas revelado a los pequeños” dice Jesús.
Qué
lindo descubrir también que el Señor quiere mover nuestro corazón para
alabar al Padre y alabarlo porque descubrimos cuantas cosas el Señor nos
revela, nos muestra... y alabarlo también porque descubrimos que Él nos
invita hacer de aquellos pequeños, que se dejan enseñar, que se dejan
guiar y conducir por Él.
Por
eso hoy te propongo que te preguntes en primer lugar ¿Cuales son? ¿Por
qué te sentís invitado a alabar a Dios? ¿Por qué alabarías al Señor en
este momento? Y también preguntarte ¿Cuáles son aquellas cosas que el
Señor te ha revelado, te ha mostrado, que vos conoces y que tal vez
deberías hacérselas saber a los demás.
Que
el Señor te de la gracia de ser de aquellos pequeños que conocen la
revelación, que lo conocen en intimidad , que saben quién es y que por
eso pueden hablar de Él. Te dejo con la Palabra de Dios, para que
ilumine tu vida y con mi bendición en el Nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo, amén.
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