martes, 22 de noviembre de 2016

Esperamos a Jesús, atentos, esperanzados, mientras peregrinamos, en el trabajo, en nuestras tareas diarias, en la Familia, en el servicio, en la fidelidad.



Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,5-11:
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?» Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.» Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»

P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Arquidiócesis de Rosario 
Después de haber celebrado la Fiesta de Cristo Rey del universo, la liturgia nos regala el evangelio de Lucas que nos presenta a Jesús en el templo, donde enseña públicamente, hoy escuchamos el comienzo de su discurso escatológico. Mensaje de esperanza, de alegría, porque a pesar de enunciar destruccion aparente, nos está hablando de un encuentro con Aquel que ha vencido y que reina siempre.

“De todo esto que ven, no quedará piedra, sobre piedra” todo lo que hoy vemos y reconocemos como seguridad, es aparente, todo pasa. No quedará nada sin embrago el Señor nos invita y exhorta a estar atentos a no engañarnos, para encontrarnos con Él, estar atentos para que sólo Él sea, nuestra fortaleza, nuestra seguridad.

Esperamos a Jesús, atentos, esperanzados, mientras peregrinamos, en el trabajo, en nuestras tareas diarias, en la Familia, en el servicio, en la fidelidad.

Nuestro querido Papa Francisco nos decia hace unos días:

“Nuestra meta final es el encuentro con el Señor resucitado. Yo les quisiera preguntar: ¿cuántos de ustedes piensan en esto? Habrá un día en que yo me encontraré cara a cara con el Señor. Y ésta es nuestra meta: este encuentro. Nosotros no esperamos un tiempo o un lugar, vamos al encuentro de una persona: Jesús. Por lo tanto, el problema no es «cuándo» sucederán las señales premonitorias de los últimos tiempos, sino el estar preparados para el encuentro. Y no se trata ni si quiera de saber «cómo» sucederán estas cosas, sino «cómo» debemos comportarnos, hoy, mientras las esperamos. Estamos llamados a vivir el presente, construyendo nuestro futuro con serenidad y confianza en Dios. El Señor Jesús no es sólo el punto de llegada de la peregrinación terrena, sino que es una presencia constante en nuestra vida: siempre está a nuestro lado, siempre nos acompaña; por esto cuando habla del futuro y nos impulsa hacia ese, es siempre para reconducirnos en el presente.”1

Señor Jesús, dame unos ojos puros y un corazón sencillo, para que pueda reconocerte en el presente de mi vida, en los distintos acontecimientos del mundo que me rodea, para que sepa leer los signos de los tiempos. Renueva, aumenta y fortalece mi Fe y esperanza para perseverar con alegría en tu amor, para reconocerte como Áquel que siempre viene a mi encuentro.

Que tengas lindo día. Dios te bendiga.



Fuente: Radio María Argentina

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