El eligió a
hombres humildes, pobres, sencillos, sin una gran formación académica, sin
influencias, talvez, así nos imaginamos a Pedro, “rudos”, sin formación
teológica, porque los hombres no se arrepienten ni se convierten con argumentos
y palabras humanas, sino que por la gracia de Dios.
Mateo 4, 18-22
Mateo 4, 18-22
En aquel tiempo, pasando
Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que
llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el
lago, pues eran pescadores. Les dijo:
-«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
-«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Autor/Fuente:
Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
1.
VIO
DOS HERMANOS PESCADORES Y LOS ELIGIÓ MIRANDO SUS CORAZONES
Jesús caminaba a
orillas del mar de Galilea, este es el mismo lago de Genezaret o también
conocido como el mar de Tiberíades. En esta oportunidad, vio dos hermanos
pescadores y los eligió mirando sus corazones. Los llamó cuando estaban en su
trabajo diario, la pesca, y ellos los siguieron.
Jesús no eligió gente
especial, como soberanos, intelectuales o filósofos. Jesucristo elige hombres
sencillos, pescadores, hombres de trabajo. Jesús sabe bien a quien elige y
porque lo elige, en esta ocasión hombres que echan la red al mar sin saber que
tipos de pescados sacaran. Del mismo modo cuando un predicador arroja sus
palabras sobre los hombres, no conoce de antemano quienes se acercarán a Dios.
2.
ALGUNOS DATOS INTERESANTES
El “mar de Galilea,”
Genezaret, tiene 21 km . de N. a S., y 12 de E. a O.; su superficie es de 170
km2 32. En la época de Cristo, una sola de sus ciudades, Tariquea, tenía 230
pequeñas barcas.
El encuentro de
Jesucristo con sus próximos discípulos debe de ser en Cafarnaúm (Mc 1:21.29);
éstos “arrojaban la red al mar.” Se conoce que el tipo actual de red (shabakah),
es de forma circular y que los pescadores arrojan en círculo. A esto debe de
responder el término de Mc 1:16. Los dos grupos de discípulos están en las
barcas.
3.
PESCADORES DE HOMBRES
El llamamiento que
Jesucristo les hace es para ser “pescadores de hombres.” La frase tiene sentido
“escatológico” (Mt 13:47-49). Los discípulos van a congregar a los seres humanos
para su ingreso en el Reino. Al punto le “siguieron,” término rabínico para
expresar el discipulado.
Marcos dice que el
padre de Juan y Santiago estaba en la barca con “jornaleros”, gentes a sueldo.
En cambio, estos grupos binarios de hermanos no eran simplemente “compañeros”
(Mc 5:10) en sus faenas de mar, pues Juan y Santiago eran “participantes”,
“socios” de Simón-Pedro, seguramente en sus gastos y beneficios, como se hace
hoy. Los papiros testifican estas costumbres con la misma palabra de “socios”.
El hecho de “dejar las redes” allí y “seguir” a Jesús no parece exigir un
completo desprendimiento material de toda su familia y bienes. Se los verá, en
ocasiones, residir en su hogar, y, después de la resurrección de Jesucristo,
volver a Galilea a sus faenas. Un ejemplo bien concreto es Mateo, que en su
“vocación” sigue a Jesucristo, y luego aparece en su casa dando un banquete a
Jesús.
4.
ELLOS DEJARON
LAS REDES Y LO SIGUIERON
Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con
Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente,
ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
San Marcos nos añade un dato de interés, “ellos, dejando
en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron”. Esto puede
significar que dentro de la modestia de pescador de Galilea, tenía más recursos
para pescar, por eso tenían jornaleros, que eran pagados para hacer esta faena.
Pero, no debemos vivir
para la cosas, debemos hacerlo para los hombres y en primer lugar para Dios. Es
decir las cosas sirven, pero no para adorarlas, las cosas están en orden a los
hombres y los hombres en orden a Dios.
Inmediatamente al oír
de Jesús “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”, Pedro y Andrés dejaron
sus redes y lo siguieron. Para ellos, la redes eran toda su herramienta de
trabajo, por ellas lograban su sustento. Sin embargo no dudaron y siguieron a
Jesús. Así, Jesús, prolonga a través de los hombres su predicación. Hombres
elegidos para ser profetas y sus apóstoles.
5.
SEGUIR A JESUS
Según entendemos los
que nos relata el evangelio, Pedro y Andrés respondieron de inmediato, y
Santiago y Juan, dejaron a su padre, así nos indica que para seguir a Jesús, se
debe renunciar a todo aquello que se opone a su seguimiento.
Así es como Jesús sabe
bien a quien elige y porque lo elige, en esta ocasión hombres que echan la red
al mar sin saber que tipos de pescados sacaran. Del mismo modo cuando un
predicador arroja sus palabras sobre los hombres, no conoce de antemano quienes
se acercarán a Dios.
6.
TENEMOS LA GRAN OPORTUNIDAD DE SEGUIR A JESÚS
Pero también hay algo
muy importante para todos nosotros, las características de los discípulos
elegidos por el Señor. Esto nos sirve para que no tengamos temor y no pensemos
que tenemos que superdotados en conocimientos para seguir a Jesús. El eligió a
hombres humildes, pobres, sencillos, sin una gran formación académica, sin
influencias, talvez, así nos imaginamos a Pedro, “rudos”, sin formación
teológica, porque los hombres no se arrepienten ni se convierten con argumentos
y palabras humanas, sino que por la gracia de Dios.
Entonces, nosotros,
somos hombres predilectos del Señor, descubramos en nosotros mismos ese llamado,
con la misma rapidez que los apóstoles y sigamos tras los pasos de Jesús.
Nuestro apostolado, exige menos renuncia que el de los apóstoles y lo podemos
ejercer del mismo lugar en el cual nos desempeñamos, en el trabajo, la escuela,
el vecindario, la familia y los amigos.
Tenemos la gran
oportunidad de seguir a Jesús, hagámoslo íntimamente en lo personal, y como
apóstol entre los hombres.
Vivamos unidos en la oración