lunes, 25 de diciembre de 2017

  Nuestra misión es llevar la palabra de Dios a todos los rincones del planeta y por sobre todo predicar las enseñanzas de Jesús, doctrina de la Iglesia. Te pedimos que ores por nosotros.       Versión para móviles: Clic aquí         Comparte el Evangelio en las redes sociales   Facebook  Twitter  Whatsapp  Google     Diálogo con Jesús Señor, Tú sabes qué es lo que me preocupa y angustia, por eso, en este momento, quiero pedirte que renueves en mí la esperanza y la fuerza de tu paciencia. Quiero que ayudes a mi corazón a tener paz y a permanecer tranquilo en todas las situaciones que estoy viviendo. Quiero saberme acompañado por Ti. Quiero saber que estás soplando la fuerza de tu Espíritu para que mi corazón se hinche con su presencia y esté preparado para seguir avanzando. A veces fallo, lo sé, y no soy tan preciso en mis demostraciones de amor, pero Tú sabes que son errores y no es lo que quiero hacer, Te quiero Señor, quiero servirte para siempre. Amén Evangelio del día: Que el Niño Dios te encuentre y acaricie tu alma Juan 1,1-18 - Solemnidad de la Natividad del Señor: El Sol que vino desde lo alto nació en Belén recibido por las manos tiernas de María Evangelio según San Juan 1,1-18 Y la Palabra se hizo carne: Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que es Dios y está en el seno del Padre!" Palabra del Señor. Reflexión del Papa Francisco En esta noche bendita, hemos venido a la casa de Dios atravesando las tinieblas que envuelven la tierra, guiados por la llama de la fe que ilumina nuestros pasos y animados por la esperanza de encontrar la «luz grande». Abriendo nuestro corazón, tenemos también nosotros la posibilidad de contemplar el milagro de ese niño-sol que, viniendo de lo alto, ilumina el horizonte. [...] A lo largo del camino de la historia, la luz que disipa la oscuridad nos revela que Dios es Padre y que su paciente fidelidad es más fuerte que las tinieblas y que la corrupción. En esto consiste el anuncio de la noche de Navidad. Dios no conoce los arrebatos de ira y la impaciencia; está siempre ahí, como el padre de la parábola del hijo pródigo, esperando atisbar a lo lejos el retorno del hijo perdido. Y todos los días con paciencia. La paciencia de Dios. La profecía de Isaías anuncia la aparición de una gran luz que disipa la oscuridad. Esa luz nació en Belén y fue recibida por las manos tiernas de María, por el cariño de José, por el asombro de los pastores. Cuando los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento del Redentor, lo hicieron con estas palabras: «Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2,12). La señal es precisamente la humildad de Dios, la humildad de Dios llevada hasta el extremo; es el amor con el que, aquella noche, asumió nuestra fragilidad, nuestros sufrimientos, nuestras angustias, nuestros anhelos y nuestras limitaciones. El mensaje que todos esperaban, que buscaban en lo más profundo de su alma, no era otro que la ternura de Dios: Dios que nos mira con ojos llenos de afecto, que acepta nuestra miseria, Dios enamorado de nuestra pequeñez. Esta noche santa, en la que contemplamos al Niño Jesús apenas nacido y acostado en un pesebre, nos invita a reflexionar. ¿Cómo acogemos la ternura de Dios? ¿Me dejo alcanzar por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? «Pero si yo busco al Señor» – podríamos responder –. Sin embargo, lo más importante no es buscarlo, sino dejar que sea él quien me busque, quien me encuentre y me acaricie con cariño. Ésta es la pregunta que el Niño nos hace con su sola presencia: ¿permito a Dios que me quiera? [...] Queridos hermanos y hermanas, en esta noche santa contemplemos el misterio: allí "el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande" (Is 9,1). La vio la gente sencilla, dispuesta a acoger el don de Dios. En cambio, no la vieron los arrogantes, los soberbios, los que establecen las leyes según sus propios criterios personales, los que adoptan actitudes de cerrazón. Miremos al misterio y recemos, pidiendo a la Virgen Madre: «María, muéstranos a Jesús. (Solemnidad de la Navidad del Señor, 25 de diciembre de 2014) Oración de Sanación Dulce Niño Dios, Tú has venido a este mundo con tu ternura y tu luz para reconciliarnos en el amor y animar a los corazones entristecidos El Sol que nace desde lo alto ha venido entre nosotros en una noche bendita para abrigarnos con su calor y hacernos sentir lo radiante de su amor. Quiero acoger tu misterio de vida, sentir tu consuelo, compasión y ternura. Sentir el fuego vivo de la esperanza reconciliadora que vienes a ofrecerme. Te despojaste de toda tu realeza, dejando de lado tu majestad y supremacía para nacer en un humilde pesebre y mostrarnos la grandeza de tu pobreza. Así como has venido a mi vida a mostrarme lo importante que soy para Ti, también quiero compartir con todos la alegría y esperanza que has traído Dame un corazón limpio como el tuyo para ser un anunciador de tu verdad. Como los pastores, deseo ir por los caminos glorificando tu Santo Nombre Ven y derrama tu amor sobre todas mis heridas, sánalas, y hazme nacer a la esperanza de permanecer a tu lado y sentir la fuerza de tu encarnación. Gracias amado y dulce Niño Dios por todo lo que me has regalado desde el principio de mi historia Contigo. Amén Propósito para hoy Invitaré a mi familia a rezar unidos el Santo Rosario pidiendo que la ternura del Niño Dios se haga presente en cada hogar y en cada corazón de este mundo. Frase de reflexión "Acojamos a Cristo en nuestra vida, ocupémonos unos de otros, respetemos la creación con amor". Papa Francisco     Comparte el Evangelio en las redes sociales   Facebook  Twitter  Whatsapp  Google     Artículos de interés     Solemnidad de la Natividad de nuestro Señor Jesucristo     Papa Francisco: La oración es verdadera medicina para el sufrimiento Papa Francisco: en la oración podemos sentir la presencia de Dios. La ternura de su mirada nos consuela, la fuerza de su palabra nos sostiene     Consejos para evitar la tristeza en Navidad y ahuyentar al demonio El demonio parece tener una predilección por hacernos daño en los días que celebramos nuestra fe     5 formas de celebrar la Navidad a solas si llegara a ocurrirte Para muchas personas esta época del año puede estar llena de depresión y tristeza ¡Lejos de la familia! ¡Pero no tiene porque terminar así!     7 consejos para que tu vida de oración cambie drásticamente en esta Navidad Aquí hay algunos consejos y recursos para ayudarte a preparar el "establo" de tu alma para la venida del Niño Jesús     Hechos curiosos que quizás no sabías sobre el nacimiento de Jesús En el nacimiento de Jesús, estuvieron presentes muchos hechos que a veces pasan desapercibidos pero fueron bastante duros para María y José     ¿Quieres adorar al Niño Dios? Descansa en el vientre de María Vayamos a la fuente de la cual todo amor y verdad fluye al unirnos con el Niño Dios, abriéndonos a recibir nuestra dignidad de hijos de Dios     Mensaje de ánimo y esperanza   Minuto de esperanza: Dios puede tener mejores planes para ti     Pildoras de Fe es un Portal Católico con un contenido lleno de reflexiones en temas de evangelización. Te invitamos a sumarte a nuestros esfuerzos. Si está en tus posibilidades puedes realizar un donativo y ayudarnos a seguir construyendo el Reino de Dios. Danos una mano amiga. Dios te recompensará a ti y a los tuyos       Dona aquí         ¿Desea suscribirse a nuestros Listados? - Suscríbase aquí ¿No desea recibir nuestros emails? Puede darse de baja aquí: - Cancelar suscripción     PíldorasdeFe.net | Caracas, Distrito Capital, CP:1010, Venezuela

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